La utilización excesiva del teléfono celular y de otros dispositivos de audio puede provocar trauma acústico, que es un daño al oído interno y provoca la pérdida de audición, alertaron especialistas del IMSS.
La otoneuróloga Alma Peaqueira Romero, del Hospital General Regional “Carlos Mac Gregor Sánchez Navarro”, explicó que cada año se atienden casi 1.700 casos con ese trastorno, cuyos pacientes tienen entre 20 y 23 años.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) detalló que las personas en promedio emplean un mínimo de dos horas para atender llamadas telefónicas y escuchar música, lo cual se hace a niveles altos de volumen.
Utilizar aparatos de ese tipo muy cerca del oído afecta órganos del oído interno como la cóclea, lo cual deriva en una disminución de la capacidad auditiva, describió la experta.
Ese padecimiento, añadió, lo presenta cinco por ciento de la población, pero podría crecer hasta 10 por ciento por el uso indiscriminado del teléfono celular.
A su vez, el jefe de Neurología Pediátrica del Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza, José Reyes de la Cruz, indicó que la utilización del teléfono móvil por más de 30 minutos al día puede ser riesgoso para la salud, pues la radiación que emite calienta los tejidos cercanos al oído.
Estudios médicos reportan que ciertos pacientes se quejaban de sensación de calor en la oreja, adormecimiento u hormigueo cuando se recibían en períodos llamadas que en suma superaron los 30 minutos de duración, expuso el especialista del IMSS.
Una vez que se diagnostica el trauma acústico, se procede a tomar medidas de prevención porque de hacer caso omiso a las recomendaciones del especialista, se puede perder, principalmente, el registro de sonidos agudos y el daño es irreversible, advirtió.
Recientes estudios en Estados Unidos y otros países han demostrado una relación estrecha entre el uso de teléfonos celulares y el cáncer, tumores cerebrales, mal de Parkinson y Alzheimer.
Diariamente, todas las personas están expuestas a las radiaciones electromagnéticas emitidas por diferentes aparatos electrónicos y en este caso el uso excesivo del celular daña las células del organismo, porque el bio-chip sirve como armonizador del campo electromagnético y es un producto que neutraliza los efectos nocivos de las radiaciones.
Diferentes universidades y clínicas de varios países europeos y americanos realizaron pruebas para certificar la efectividad del bio-chip, la más conocida es tomando una termografía del cerebro después de usar 15 minutos el teléfono celular, pues la termografía demuestra que la mayoría de calor se genera en el canal auditivo y cuando se coloca el bio-chip se muestran los tejidos frescos.
A finales del 2010 en Londres se publicaron los resultados preliminares de un estudio internacional supervisado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que demuestra, de modo ya difícil de rebatir, la relación entre el uso del teléfono celular y ciertos tipos de cáncer cerebral.
Dicha investigación demoró 10 años con un costo de 33 millones de dólares y fue realizado en 13 países involucrando a 12.800 personas. La conclusión es que a largo plazo, “existe un riesgo significativamente mayor” de padecer un glioma de carácter maligno en las personas que usan intensivamente el teléfono portátil.
En las últimas semanas del 2010, en Inglaterra se inició un nuevo estudio para investigar los posibles vínculos entre el uso de teléfonos celulares y una serie de problemas de salud, incluyendo el cáncer y la enfermedad de Alzheimer.
Como parte del programa Mobile Telecomunications and Health Research (Telecomunicaciones Móviles e Investigación de Salud), se hará un estudio llamado “Cosmos” dispuesto a seguir al menos a 250.000 personas de 18 a 69 años en cinco países europeos durante 20 a 30 años.
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