En la Sudáfrica del apartheid había buses para blancos y buses para negros. El servicio para blancos funcionaba mejor, era más eficiente. La igualdad ante la ley y el Estado es un derecho humano, aunque no siempre y no en todas partes sea respetado. Ése es uno de varios derechos entre los que Tim Berners-Lee, el creador de la web, quiere incluir el acceso a internet.
Eso dijo en el discurso de apertura de las oficinas en Reino Unido del World Wide Web Consortium (comunidad internacional que desarrolla estándares para la web) el lunes.
Más aún, es un derecho que debe incluir la noción de no-discriminación. En este caso se trata de evitar la discriminación por tipo de contenido o servicios a los que los usuarios de internet acceden.
Las empresas proveedoras de conexión a internet (ISP, por sus siglas en inglés) promueven justamente eso: dos servicios de "buses" para los datos, uno rápido y otro más lento, discriminando qué tipo de contenido o servicio puede "subirse" a uno o al otro.
Igualdad. Lo contrario es lo que se conoce como la neutralidad de internet, donde todos los fragmentos de información (sean videos, emails, audio; provengan de un usuario particular, de una gran empresa o de un gobierno) son tratados de la misma forma y viajan en el mismo servicio de bus.
Berners-Lee le dijo a la BBC que los gobiernos deben preservar la neutralidad de internet y que hará falta que se implemente algún tipo de legislación al respecto si no es posible que la propia industria logre autorregularse.
Y lo dice alguien que ha sido elegido por el gobierno británico para llevar adelante negociaciones en el sector privado que eviten la necesidad de emitir una ley al respecto.
De hecho, Berners-Lee le dijo al periodista de tecnología de la BBC Rory Cellan-Jones que él prefiere que se llegue a un acuerdo de autorregulación. Pero si falla, "el gobierno debe estar preparado para legislar", agregó.
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