El G-8 de internet, que reunió hoy a las principales personalidades del mundo de la red en vísperas de la cumbre de los líderes de los ocho países más industrializados, se debatió hoy entre la necesidad de ejercer un control y las peticiones de libertad para contribuir al crecimiento económico.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuyo país preside el G-8 y que impulsó la idea de reunir a responsables, entre otros, de Facebook, Google, Wikipedia o eBay, abrió el encuentro con un llamamiento a la libertad de internet pero bajo el control que deben imponer los Estados.
La protección de la infancia, la lucha contra el terrorismo y la salvaguarda de la propiedad intelectual son algunos de los aspectos que, según Sarkozy, justifican que los Gobiernos tengan bajo su control la red, sin que eso implique que se frene su ambición de convertirse en un "vector de libertad".
El presidente francés otorgó un papel preponderante a la red en la difusión de la libertad y puso como ejemplos lo sucedido en Túnez, Egipto o Irán, pero señaló que eso no impide que tenga que haber cierto control.
"No dejéis que la revolución que habéis lanzado extienda el mal sin trabas. No dejéis que se convierta en un instrumento en manos de los que quieren atentar contra nuestra seguridad, nuestra integridad", afirmó.
Precisamente, para definir los límites que hay entre la libertad que precisa internet y el control que deben instaurar los Estados, Sarkozy consideró fundamental este diálogo, que se cerrará mañana y cuyas conclusiones se presentarán a los líderes del G-8 en la cumbre del jueves y viernes próximos en Deauville, al noroeste de Francia.
"Algunos de los Estados más potentes del mundo deben ahora reconocer vuestro papel en la Historia", aseguró el presidente galo, que estigmatizó todo intento de quitar a los Gobiernos de los países democráticos el derecho de representar a los pueblos.
Sarkozy apeló a no confundir "populismo con democracia de opinión" y reivindicó la legitimidad de los Gobiernos frente a aquellas que se abren paso en la red.
Al discurso de Sarkozy le siguieron varias mesas redondas que comenzaron por una en la que se desgranó el influjo de internet como medio de desarrollo económico.
Los debates se enriquecieron con un estudio encargado para la ocasión y que señala que internet supone el 3,4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en los ochos países más industrializados más Brasil, China, India, Corea del Sur y Suecia.
Los intervinientes se lanzaron a una defensa de la libertad empresarial en la red para mejorar este aporte económico y, mientras algunos, como el patrón de Google, Eric Schmidt, defendió las grandes estructuras, otros, como el presidente de eBay, John Donahoe, apostaron por las pequeñas empresas que han sido siempre germen de los gigantes de internet.
"Hay que derribar las fronteras que limitan a los emprendedores. Las grandes empresas, que son las que más riqueza crean, surgen de microestructuras", aseguró Schmidt.
En medio del debate, surgió el papel de internet como motor de las revueltas ciudadanas en los países árabes y el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, recordó que las redes sociales también están en el origen del movimiento de protesta que se desarrolla en estos momentos en España.
La directora general de Facebook, Sheryl Sandberg, aseguró que su empresa se limita a poner la tecnología y que son los internautas quienes le dan una utilidad, que puede ir, dijo, "desde crear un grupo de amigos a los que les gusta caminar sobre hojas secas o los que lanzan revoluciones".
En el debate entre una red que se controla desde el poder o un internet que se autogestiona, intervino Jimmy Wales, creador de Wikipedia, la enciclopedia en línea que hacen los internautas y que reivindicó su papel de memoria de la sociedad.
"Dicen que los elefantes no olvidan nunca. Pues bien, Wikipedia es un gran elefante", aseguró ante el aplauso de los asistentes. EFE
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