El notable orureño llegó al país no sólo para recibir la máxima distinción de la UMSA, hoy, sino para proponer al Gobierno la instalación de una fábrica de pies y manos artificiales, además de cascos para ciegos.
Jimena Mercado Centellas
De aspecto intelectual con un look de Einstein moderno, más de 1,80 metros de estatura y un lenguaje fluido, propio de quien vivió en varios países de Europa y se destacó por su prodigiosidad científica, Eduardo Bayro Corrochano, marcado por el éxito profesional y el dolor de haber perdido a su hermano mayor durante la brutal dictadura de Banzer, hace un quiebre en su agitada agenda en La Paz y abre un espacio para conversar con Cambio.
—Nació en Oruro y vivió lejos del país por varios años, ¿cómo encuentra a Bolivia?
—Nací en Oruro, pero a los seis años mis padres me llevaron a Cochabamba. Toda mi juventud pasé allí y estudie en Chile. Luego me fui a Alemania, regresé y me fui a trabajar a Tarija. Volví a viajar, ésta vez a Inglaterra. Estuve siempre yendo y viniendo de Europa hacia Latinoamérica. A finales de los 80 trabajé en la carrera de Electrónica en la Facultad de Tecnología de la UMSA, hice una reestructuración del programa, traje algunos equipos de Alemania, fui muy activo, y nuestra carrera se convirtió en modelo. Regresé a Alemania y luego volví a Tarija, donde fui docente en la universidad Juan Misael Saracho y fundé el Instituto de Ciencias de Tecnología Apropiada, un concepto social para llegar a la gente marginal. Al mismo tiempo fui a hacer un posdoctorado y en ese ínterin junto con algunos colegas fundé el Instituto de Electrónica Aplicada, aún vigente, al que se dará mayor impulso.
—¿Es de izquierda...?
—Fuera de mi actividad técnica fui muy activo políticamente, soy de izquierda, vengo de una familia donde mis hermanos estuvieron relacionados con los políticos. Un hermano fue torturado y asesinado en la dictadura de (Hugo) Banzer, Carlos Bayro, yo era todavía niño; tengo otro hermano que era miembro del ELN (Ejército de Liberación Nacional) de la segunda generación del Che Guevara. Me críe en ese ambiente, siempre acompañé mi vida de estudiante con un interés social, visitaba partidos de izquierda y aparte de mi docencia trataba de concientizar un amor al país.
Ése es un sello en mi persona, en eso me distingo hasta hoy. Cuando di mi examen de grado en Inglaterra, recuerdo que mi profesor me presentó a los profesores ingleses: “Éste es un gran estudiante pero tiene ideas socialistas”. No lo vieron ni mal, ni bien, sino me vieron como humanista. Si yo hubiese sido un sociólogo o un médico, era más fácil comprometerme con proyectos sociales, pero una vez que uno se ubica en un segmento puede encontrar caminos. Como ingeniero, doctor, investigador en área de la cibernética, mecánica, megatrónica, encontré para lo que podía ser útil a través de proyectos sociales, para construir equipos médicos a bajos precios, para apoyar a los ciegos con los cascos guía, a los minusválidos con manos artificiales y pies artificiales, y a los hospitales para operaciones de tumores, trasplantes, etc.
Es muy difícil ver en mi experiencia que un científico del área técnica, particularmente de la robótica, tenga un compromiso social, eso es rarísimo; incluso puede uno tener enemigos, pero me muevo con mucho cuidado, tengo acceso a muchos recursos, a muchos sectores, me han invitado a muchos lugares y me ven como humanista, y mi principal objetivo de venir acá es transferir estos conocimientos o ayudar a organizar una pequeña fábrica donde podamos construir estos equipos médicos. ¡Imagínese! que en la prensa salga un artículo que diga: ´en Bolivia se fabrican equipos de alta tecnología a bajo precio y se están entregando a ciegos en el altiplano, Beni, Pando o en el chaco, que minusválidos reciben brazos artificiales’, nadie va a creer, ni los propios americanos, japoneses, ni franceses, que nos boicotean. Sería un ejemplo y más, sería una manera de romper el cerco tecnológico, nos apropiamos de tecnología en beneficio del pueblo, y en ese sentido yo estaría cumpliendo un ideal que hace tiempo percibo.
—¿Existen las condiciones en Bolivia para hacerlo?
—Bolivia es un país con mucha historia, es la primera república libre, es un país muy curioso e interesante, uno siempre se siente comprometido y como técnico quisiera siempre ayudar al desarrollo y al progreso.
Después de mis estudios en Alemania siempre quise combinar mi trabajo científico con un compromiso social en el país. En México me es difícil acceder a programas donde pueda incidir con mis proyectos tecnológicos y veo en Bolivia una buena posibilidad donde pueda colaborar con propuestas de carácter académico, iniciar un doctorado de ingeniería eléctrica que sea un doctorado basado en un trabajo multidisciplinario, un instituto de reforma aplicado.
¿Cómo veo Bolivia? Por lo que leo las noticias por Internet o cuando converso con mis familiares, la imagen es un poco difusa. No sé sí conoce la guerra de ideas; en el mundo, antes de la caída del muro (de Berlín) y la perestroika había una polarización de la Guerra Fría, los dos bloques trataban de atraer los medios de información, de desprestigiar y favorecer sus propios intereses. Algo similar sucede hoy en día porque la globalización es muy cruda, es salvaje y tratan de abrir mercados y destruir las tradiciones, tomar control de nuestros recursos. En eso la derecha capitalista sitúa a Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Uruguay un poco a Argentina y ahora también a Irán, como el ‘eje del mal’, para tener un discurso para la clase media y que los avances no se los entienda y se los vea mal.
En los medios de México o Colombia o la Florida las noticias (de Bolivia) son muy negativas, presentan (a las autoridades) como personas muy improvisadas, sin cultura, cometiendo errores, proponiendo cosas que no proceden al mundo moderno, y en ese sentido quiero ser crítico y busco la información más fidedigna, y obviamente la experiencia me dice qué está pasando. Al llegar a Bolivia he conversado con el taxista, en la tienda, con mis hermanos, y en breve, si se analizan los procesos revolucionarios vía revolución armada, como Cuba, China o aquellos que llegaron a elecciones, el pueblo está en el inicio, tiene una gran libertad de posibilidad, pero no tiene la preparación.
El paso de ir resolviendo los problemas y que la revolución mejore es un proceso a largo plazo, entonces el aparato estatal no está preparado para eso, la burocracia no está preparada, falta conocimientos, preparación, tecnología, uno puede ver la necesidad que tuvieron de técnicos, especialistas en planificación, en medicina, en agronomía, veo en Bolivia que hay un cambio enorme, intrínsecamente enorme, cualitativamente enorme, se ve en La Paz, se intuye, se siente que la sociedad no es la misma, el acceso de las clases aymaras, quechuas por su puesto que es muy positivo. Hay que verlo bien.
—¿Es admirador de Evo Morales?
—En el cuarto libro que escribí, mi mejor libro, de 675 páginas de alto nivel cibernético, le dedico mi libro al presidente Evo Morales y también a Nelson Mandela, porque fueron luchadores que ayudaron a eliminar el apartheid negro en Sudáfrica y el apartheid andino en Latinoamérica, que son logros incuestionables. El mismo hecho de que mucha gente aymara, quechua, esté accediendo a posiciones de decisión, que entra con sus trajes típicos por la alfombra roja, que habla de tú a tú con la clase criolla que dominaba este país en el pasado, es un avance enorme. Entonces, ¿cómo uno puede ser intolerante al ver errores diarios, técnicos o de planificación o algunas contradicciones?, uno debe tener paciencia.
Los cambios son lentos, el avance colectivo es lento, sus dirigentes cometen errores, pero nosotros debemos ser parte de este proceso, y espero que ojalá me abran las puertas para tener cierta incidencia técnica. Por parte del Gobierno sería prudente a todos los bolivianos que están acá y tienen un doctorado (en Bolivia) y aquellos que están afuera invitarlos a que apoyen, que trabajen, porque en esta etapa ya es un problema menos político, es más técnico, se necesita incidencia técnica, cómo manejar el ambiente…
—¿Llamar a los cerebros que fugaron?
—Yo me considero un asilado tecnológico, porque en México estoy más cerca del mundo, tengo muchos recursos, me puedo seguir desenvolviendo, y puedo retornar a Bolivia con mucho potencial. Si no hubiera dado este paso no estaría en esta posición, es ahí que tuve varios e-mails de bolivianos que están aquí o fuera con doctorado que están ansiosos de apoyar, de trabajar, pero no ven la posibilidad directa de tener incidencia.
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Que bien!!! que este un boliviano con mucho conocimiento en robótica en nuestro país... Quisiera contactar a este señor Eduardo Bayro, porque nosotros en Tarija tenemos un club de aficionados de robótica e hicimos varios robots, también fue un representante nuestro el Ing. Victor Yucra al Campus Party Iberoamérica 2008 en San Salvador y al campus party 2009 en Brasil.
ResponderEliminarEn este enlace se Observa la entrevista que le hicieron:
http://www.youtube.com/watch?v=-bVFvZKs4_g
los contactos de algunos miembros del club son:
victor_bolivia@hotmail.com
avides@teleservgroup.com
dexterin007@hotmail.com
Saludos,
Alexander Vides