Diferentes estudios internacionales que se han hecho en el mercado en torno a las consecuencias del uso del celular, especialistas advierten sobre el peligro que generan las ondas electromagnéticas que emite un teléfono móvil y los daños que éstas producen en el organismo.
Desde un cáncer cerebral hasta tendinitis (inflamación de un tendón, punto de anclaje de un músculo en el hueso) o deformidades en las manos, o estrés son algunos de los daños que se mencionan. También se habla del aislamiento social.
Un teléfono móvil recibe y emite ondas electromagnéticas para receptar o hacer llamadas. Si las ondas electromagnéticas se encuentran en un rango por encima de lo permisible o están demasiado cerca al organismo provocan serios problemas en lo posterior.
Si se acerca un celular al computador hay una interferencia en la pantalla del monitor, la pregunta es si en un aparato eléctrico causa ese efecto, cómo lo hará en el cuerpo humano.
Graham Lamburn, un reconcido experto británico en radiación electromagnética, dijo a Daily Mail que el estudio -Interphone- indica que 15 minutos de exposición diaria bastan para registrar daño. "Hablar por celular por 15 minutos al día aumenta en un 70 por ciento la incidencia de cáncer al cerebro. Así lo dicen los 14 estudios que hicieron sobre el tema para ese estudio", dice Lamburn a La Tercera.
Eso, en un rango de sólo siete años. Un tema no menor para el experto, quien dice que recién en 20 años más se verán los primeros efectos de esta radiación. "En 20 años significará un aumento en 20 veces de los casos de cáncer cerebral. Ha llegado el momento de que las organizaciones de salud pública tomen medidas" dice.
George Carlo, doctor de Estados Unidos, monitoreó desde el 2005 a miles de usuarios de teléfonos móviles y encontró que la sangre humana expuesta a la radiación de teléfonos inalámbricos exhibe daño genético.
La universidad sueca Uppsala-Örebro estudió a 1.617 pacientes desahuciados por tumor cerebral y se observó que el 27 por ciento de los voluntarios utilizaba con frecuencia el celular y la región donde se desarrolló el tumor coincidía con la zona del mismo lado del cerebro que se usaba para hacer llamadas.
Para el sociólogo Gaitán Villavicencio, otro grave problema es la afección en las relaciones interpersonales de los jóvenes. “La adicción a este aparato provoca una reducción del instinto de sociabilidad, que afecta el desarrollo funcional de la familia porque ahora los jóvenes prefieren hablar por celular que con sus padres”, afirma.
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