Pilotar un avión, pasear por la Antártida o visitar una central nuclear son algunas experiencias que se recrean, mediante avanzados simuladores, en Tecnópolis, una exposición científica que acoge estos días Argentina.
Una maqueta a tamaño real del Tronador II, el primer lanzador espacial creado íntegramente en Argentina, con sus imponentes 33 metros de altura, da la bienvenida al sector aéreo, el primero de los cinco “continentes” (aire, agua, fuego, tierra e imaginación) en los que está dividida esta muestra con la que el Gobierno conmemora los hitos científicos e industriales de los 200 años de historia del país y muchas muestras de otros países.
Con todo eso, Tecnópolis impresiona y maravilla a miles de personas en su predio de 50 hectáreas lindante con la ciudad de Buenos Aires.
La muestra de Ciencia, Tecnología y Arte fue definida por la presidenta Cristina Fernández como “una invitación al futuro, a pensar el país de una manera más profunda”.
Una de las atracciones de Tecnópolis es la cápsula Fénix, utilizada el 13 de octubre de 2010 para rescatar a los 33 obreros atrapados en la mina de San José, en Copiapó, norte de Chile.
Además se instalaron grandes videoesculturas tridimensionales que representan a criaturas fantásticas de la mitología popular argentina y latinoamericana en general.
La gigantesca entrada aporta la imagen de la Constitución Nacional, la balanza de la justicia y la paloma de la paz. La muestra incluye desde los primeros aviones desarrollados en Argentina a partir de la década del 50 al proyecto Tronador II, el primer lanzador espacial construido completamente en el país.
También hay un simulador de la Antártida con temperaturas de -7°C y trajes especiales para que los visitantes compartan la experiencia. La Presidenta explicó que dicho simulador está conectado con la Base Marambio, el destacamento argentino en la Antártida.
Para los más chicos hay juegos interactivos en 3D y 4D y simuladores de vuelo. También se montó un espacio denominado Plaza de la Memoria, que ofrece un recorrido histórico de la última dictadura militar. Tecnópolis se instaló en el partido (comuna) de Villa Martelli, en el predio de un ex regimiento militar, y su realización exigió mover 250 mil metros cúbicos de tierra.
Trabajaron dos mil personas en el desmalezado del terreno y, además, fueron contratados 12 mil obreros cooperativistas para el proyecto, según comentó la Presidenta. La muestra requirió además la instalación de ocho kilómetros de fibra óptica y 58 kilómetros de cables subterráneos. Tecnópolis tendrá una duración de cinco semanas, pero la intención es que desde 2012 se convierta en una exposición permanente de Ciencia y Tecnología.
Entre estas imponentes estructuras no pasa desapercibida una de las grandes estrellas de la exposición, la cápsula Fénix.
Y en el sector dedicado al fuego, la gran atracción es una visita virtual a una central nuclear, a la que el público accede con cascos y un traje especial a través de un simulador con fuertes vibraciones y otros numerosos efectos sensitivos.
En otro espacio se puede revivir el Big Bang, el supuesto momento de creación del universo, llegando a sentir en el cuerpo el choque de partículas. Pero, sin duda, el “continente” favorito de los jóvenes es el de la imaginación, reservado a los proyectos y desarrollos más futuristas, en el que hay desde un cine en tres dimensiones hasta avanzados robots y videojuegos.
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