Ya no se trata sólo de los pesticidas, ni de la contaminación, ni del cambio climático sino también del uso masivo de teléfonos móviles lo que puede ser uno de los culpables de la trágica desaparición de cientos de millones de abejas en todo el mundo. Daniel Favre, investigador del Instituto Federal de Tecnología de Suiza, acaba de publicar un estudio en el que demuestra que las señales emitidas por los teléfonos móviles puede llevarlas a muerte.
Fabre ha realizado hasta 83 experimentos diferentes para comprobar y medir la reacción de las abejas ante la presencia de un móvil en funcionamiento y los resultados parecen no dejar lugar a dudas. El equipo de Favre halló que, en presencia de un móvil que realiza o recibe una llamada, las abejas producen con el zumbido de sus alas hasta diez veces más ruido del que hacen en condiciones normales, un comportamiento que habitualmente es utilizado por la colonia como una señal de alarma que urge a abandonar la colmena.
En condiciones normales, ese zumbido anuncia que el enjambre se pone en marcha o es una señal inequívoca que indica algún problema en la colonia.
Los apicultores de todo el planeta denunciaron la pérdida de entre el 30 y el 90 por ciento de sus colonias. En años sucesivos, y ante el agravamiento del problema, se han realizado numerosas investigaciones para identificar el origen de una crisis que no se limita sólo a las abejas.
Y es que si ellas desaparecen, afirman los científicos, la humanidad tampoco sobrevivirá.
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