Siguiendo una serie, de pasos podemos salvar nuestro teléfono
La próxima vez que el celular se caiga en un charco o en el propio váter, no hay que montar un escándalo sino actuar. Si somos rápidos, podemos evitar que el agua llegue a los circuitos y al chip.
En primer lugar, lo que no hay que hacer bajo ningún concepto es tratar de encenderlo, sino apagarlo (si sigue encendido) y quitarle la batería. A continuación, hay que sacar el chip y dejar que se seque solo (algunos son de muy mala calidad y se pueden estropear si los manoseamos. Lo que sí se puede secar es el teléfono. Luego hay que sumergir en alcohol (isopropílico a ser posible, es decir, 92%) las piezas mojadas. Después, dejarlas secar al sol o en un lugar cálido, pero nunca con un secador, según Quo.es.
A continuación, meter el teléfono en una bolsa de plástico con arroz o bolsitas antihumedad de las que vienen en las cajas de zapatos o en los bolsillos de las chamarras.
Después, hay que envolverlo en gran cantidad de papel de cocina absorbente y, bien enrollado, introducirlo en una bolsa para congelar.
Con más papel de cocina o servilletas de papel, envolver la bolsa en la que hemos metido el celular. Introducir todo ello al horno a unos 100 grados centígrados durante dos minutos. Apagar y dejar que siga con el calor residual.
Cuando se haya enfriado, abrir la bolsa, sacar el celular y ponerle el chip y la batería. Podremos encenderlo y seguir utilizándolo como si nada.
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