El tiempo parece dar la razón al agorero Steve Jobs, gurú de Apple, quien profetizó en 2010 la llegada de la "era post-PC", un cambio de ciclo en la forma de consumir tecnología presagiado por IBM y al que se ha sumado esta semana Hewlett-Packard (HP).
Esa compañía estadounidense, líder mundial en el mercado del PC, desveló el jueves que estudia desprenderse de su negocio de ordenadores para buscar horizontes más rentables en el terreno de los servicios de software.
Si bien no se trató de una decisión en firme, el mero anuncio sonó como un certificado de defunción para la división de PC de la empresa, que fue duramente castigada en Bolsa y que parece estar especulando sobre cuál es la mejor forma para dar sepultura a sus aparatos.
El viraje radical de HP recuerda a la operación realizada en 2004 por IBM, gigante informático responsable de la popularización de los ordenadores personales en los años 80 y 90, que traspasó todas sus computadoras a la china Lenovo.
Las cifras de ventas mundiales de PC aún son positivas, aunque muestran trimestre a trimestre una ralentización de su crecimiento, especialmente de los productos de fabricantes estadounidenses. Es una situación que HP ha entendido que era propicia para vender ante su manifiesta falta de confianza en que reflote el, en otro tiempo, boyante negocio.
Según datos de la consultora Gartner, la comercialización global de PC cayó un 1,1 por ciento entre enero y marzo de 2011 y mejoró un 2,3 por ciento entre abril y junio, comparado con el mismo período de 2010, aunque esa subida fue más de 4 puntos porcentuales inferior a lo previsto.
En junio de 2010 Steve Jobs, consejero delegado de Apple, empezó a hablar de la "era post-PC", una idea que no ha parado de repetir desde entonces.
Claro está que Jobs lo que persigue es vender sus productos, como el iPad, dispositivo de gran éxito comercial a cuya sombra se ha generado un mercado de tabletas informáticas presentadas como alternativas a los ordenadores portátiles pero donde únicamente Apple hace su agosto.
Desde su lanzamiento en abril de 2010, Apple ha vendido alrededor de 25 millones de iPad, un número que está previsto que doble para finales de año, mientras que sus rivales tan sólo han despachado en conjunto en torno a 3 millones de unidades.
A esto hay que añadir las conclusiones de un reciente informe de la consultora Robert W. Baird que afirma que un 95 por ciento de las personas interesadas en tabletas informáticas desea un iPad, lo que presagia un futuro negro para tabletas como Xoom, Galaxy Tab o PlayBook.
Otro dato curioso de ese análisis es que tras el iPad figuraba en intención de compra el TouchPad de HP, un dispositivo que era la gran apuesta de Hewlett-Packard en 2011 y terminó siendo el gran fracaso.
El jueves, además de informar de su voluntad para quitarse de encima los PC, HP confirmó la interrupción de la producción de sus aparatos con sistema operativo WebOs -como el TouchPad- una tecnología que adquirió al absorber Palm en 2010 con el objetivo de asentarse en el floreciente sector de los dispositivos móviles.
Tenga o no razón Steve Jobs finiquitando al PC, lo que parece improbable a estas alturas es que las tabletas vayan a sustituir a los ordenadores personales y este cambio de ciclo sea una migración del entorno Windows a uno más parecido al Mac, por muy bien que funcione el iPad.
La evolución tecnológica tiene menos que ver con el aparato en sí mismo y más con la forma de acceso y consumo de los servicios informáticos y la redefinición de los programas como aplicaciones.
De hecho, son los "smartphones" y no las tabletas los probables catalizadores de esa "era post-PC", ya que se han convertido en el primer ordenador para gran parte de la población.
Es en ese sector donde las grandes compañías mantienen una batalla sin cuartel escenificada en una guerra abierta de patentes.
Las tensiones llegaron al punto de que Google, que tiene el sistema operativo más popular del sector (Android) adquirió Motorola con todas sus patentes para defenderse del acoso de sus rivales. Microsoft por su parte se asoció con Nokia, el mayor fabricante mundial de teléfonos, para expandir su sistema Windows Phone.
Apple, que cuenta con el teléfono móvil de alta gama más vendido, el iPhone, es líder por número de aplicaciones en el mercado y confía en asestar un duro golpe a sus competidores con la integración de su plataforma de servicios en la nube con iCloud.
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