Llegar al puesto que hoy ocupa no le fue tan difícil, porque desde que estuvo en la universidad se destacó al desarrollar un software de seguridad informática y que al final de su carrera lo convirtió en su tesis.
“Validación de Conexiones RAS Windows® NT, 95/98 y protección de software” fue la tesis que le dio muchas satisfacciones desde el desarrollo de la idea de crear un software que no pueda ser modificado por algún cracker (criminales informáticos que adulteran el comportamiento de un software).
Según cuenta Luis, antes de iniciar su tesis probó la teoría que había comenzado a desarrollarla casi a mitad de su carrera en la Universidad Católica Boliviana (UCB).
Hizo un primer prototipo en forma de un software de desafío (muy comunes en pruebas, competiciones, desafíos por internet en círculos underground). Esta iniciativa tuvo dos recompensas personales para Luis: la primera, demostró que su teoría funcionaba, porque la aplicación no fue crackeada, y la segunda, una gran empresa de gestión de información digital extranjera la encontró, la probó y le invitó a participar de la implantación de su idea en sus sistemas de seguridad.
Tras un tiempo de trabajar en el exterior, retornó al país para terminar su carrera y plasmar su idea en tesis, que poco después fue una vez más puesta a prueba.
PRUEBA FINAL Recuerda que la UCB lanzó un desafío para invitar a los posibles hackers que existieran en el país a vulnerar el software que desarrolló y donde se aplicaba su investigación. “Yo me encargué de traspasar las fronteras y extendí el desafío a comunidades underground (grupos de hackers internacionales)”, dice.
Por dos semanas, el servidor de la Católica fue sometido a ataques no sólo nacionales, sino internacionales.
“Al fin de las dos semanas, recogimos el reporte de resultados: 127 ataques de gran magnitud, 100 por ciento de efectividad de respuesta defensiva. Por eso, mi tesis fue aprobada como efectiva. Se hizo todo eso, porque era la única forma de probarla”, agrega.
La tesis de Luis fue noticia en el 2000 y por supuesto, de satisfacción y orgullo para el entonces jefe de carrera de la UCB, que lo calificó como "el hacker de la UCB".
Afirma que su tesis le abrió puertas para pasar a una consultora de renombre en Cochabamba: Cyberci@. Luego participó en un concurso de méritos para dirigir la Unidad de Sistemas del Viceministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda en La Paz, “ imagino que mi trayectoria me hizo ganar ese concurso de méritos”. Luego trabajó para una consultora muy reconocida en el ambiente financiero en La Paz, que realiza los sistemas de muchos bancos y mutuales: Alpha Systems, donde la seguridad informática es primordial. Actualmente, es Desarrollador Líder de Aplicaciones para América Latina de la transnacional Intertek.
“Creo que hacer mi tesis me brindó muchas posibilidades”, añade.
LA TESIS Consultado si la tesis debe seguir siendo una de las mayores modalidades de titulación, Luis asegura que al menos en su carrera sí, e incluso debería ampliarse y existir también una pasantía obligatoria y previa al desarrollo de la tesis.
“He visto mucha gente que recién titulada le cuesta mucho comenzar. Imagino que en todas las carreras una cosa es la teoría aprendida en la universidad, pero otra cosa es el mundo real”, señala.
Para él, la tesis constituye la primera aplicación práctica de lo aprendido, “pero igual se necesita un jefe, no un docente, para darse cuenta que mientras la tesis se hace en uno o dos semestres, en el trabajo se debe hacer un proyecto (o más) similar en uno o dos meses (simultáneamente) y sin ayuda necesariamente, más bien bajo presión”.
AYUDA INVALUABLE Para desarrollar su tesis, Luis contó con la ayuda de la magíster Consuelo Ponce, quien pese a no ser del área de Seguridad Informática, le colaboró a estructurar el documento y su método de enseñanza le enseñó a pensar de un modo también estructurado, más ordenado, “en constante desafío conmigo mismo”.
“Me ayudó a mejorar mi redacción, a cambiar el estilo hacker, muy personal e informal, por una que se adecuase más a un documento de tesis, sin perder la esencia de quién soy, como me decía ella. Su ayuda, por eso, fue sencillamente invaluable. Tuve muchísima suerte en que aceptase ser mi tutora”, añade. Opina que un trabajo de investigación no debería costar nada, sin embargo, conlleva algunos gastos, que en su caso se tradujo “en la electricidad de mi PC, un libro de Seguridad desde el punto de vista de los hackers... y la compra de una PC de baja gama (unos $us 350) para instalar mi proyecto”.
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