El invento ha sido desarrollado por científicos de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, que esperan que su ingenio derive en la creación de aparatos electrónicos más pequeños, eficaces y seguros. Actualmente, gran parte de los ordenadores portátiles, teléfonos móviles y otros muchos dispositivos eléctricos utilizan baterías basadas en un volátil y en ocasiones peligroso electrolito: el litio. El objetivo de los científicos era superar los problemas y limitaciones de este material y en su búsqueda han conseguido que sus baterías de gelatina realicen el mismo trabajo por un precio entre el 10 y el 20 por ciento menor que el de las de litio.
Esta tecnología, desarrollada fundamentalmente por el profesor Ian Ward, se basa en la mezcla de un polímero parecido a la goma con un líquido electrolito en una capa fina y flexible de gel que se sitúa entre los electrodos de la batería. "El gel de polímero se parece a una película sólida, pero en realidad contiene un 70% electrolito líquido", explica el profesor Ward. "Está hecho con los mismos principios con los que se hace una gelatina: se añade un montón de agua caliente a la gelatina (en este caso es una mezcla del polímero y de electrolitos) y cuando se enfría y reposa forma una masa sólida, pero flexible". Además de ser seguras y tolerantes a los daños, las células obtenidas son adaptables para adaptarse a la geometría de prácticamente cualquier dispositivo, lo que las hace mucho más versátiles.
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