Una tablet es un producto llamativo, pero extraño. Es como una laptop sin teclado.
Estos dispositivos pretenden llenar un vacío -que no sabíamos que existía- entre un teléfono celular y una computadora portátil.
Si sentimos que la pequeña pantalla de cuatro pulgadas de nuestro aparato móvil no satisface nuestra curiosidad intelectual por enterarnos de lo que hacen nuestros amigos en Facebook. Entonces usamos una tablet. En medio de un lugar donde una laptop para tomar notas es incómodo, una tableta es la solución.
¿Para trabajar? Sí y no. Una tablet al ser portátil puede llevarse a donde uno quiera y puede sustituir a una libreta de notas con la ventaja añadida de que lo que uno escribe se guarda digitalmente o se almacena en la nube.
Más difícil es tratar de editar una hoja de cálculo o escribir una novela. Para ello se requiere contar con alguno que otro accesorio extra que permita conectarle a la tablet un teclado e incluso un mouse. Es decir, para trabajar en serio, hay que convertir a la tablet en una notebook.
Pero para tomar notas, enviar correos electrónicos y mantenerse en comunicación, estos dispositivos funcionan muy bien.
¿Para videos, libros y otros archivos multimedia?Las tablets son una excelente vía para ver videos, para jugar juegos, administrar redes sociales tomar notas y escribir pequeños textos, pero no tienen la función práctica de un teléfono ni la capacidad de una computadora. Aún con un teclado y una gran capacidad de memoria, no pueden editar videos a gran escala ni acceder a todas las funciones de software especializado y por su peso es posible llevarlas a cualquier parte. En este rubro -por su portabilidad- vencen a las laptop. La lectura de textos digitales es otro punto a su favor.
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