Así como no es necesario saber de mecánica para disfrutar la conducción de un buen automóvil y percibir las comodidades o ventajas adicionales para el usuario de determinado modelo, tampoco es necesario entender la tecnología involucrada en la sigla “TV” ni el significado técnico de la palabra “digital”, para comprender (y eventualmente aprovechar) las muchísimas prestaciones ofrecidas por la televisión digital.
La televisión (en Bolivia) forma parte de nuestras vidas desde hace casi cuatro décadas, y el adjetivo “digital” se ha tornado omnipresente en nuestro mundo tecnológico, a tal punto que cualquier intento de explicación detallada al respecto resultaría ocioso y fuera de contexto en un artículo como éste. Así, nos contentaremos con la comprensión intuitiva de los conceptos implícitos que, con certeza, no son ajenos a los lectores en general: se trata de dispositivos para captar imágenes que, de otra manera, no se presentarían directamente a la vista, usando la tecnología más nueva actualmente disponible.
Pero, por más que una visita al mercado local nos convenza de que fácilmente podemos adquirir un televisor digital a un precio accesible, ¿ha ingresado realmente nuestro país en la era de la TV digital? Pues, aún no: por más que compremos el receptor digital más moderno, éste forzosamente deberá incluir compatibilidad con la realización anterior (analógica) para que, dentro de nuestro territorio, seamos capaces de captar con él cualquier imagen televisada sobre el sistema abierto o público. Y, por supuesto, no podremos en realidad gozar todavía de ninguna de las nuevas prestaciones que marcan la verdadera diferencia con la tecnología digital.
¿Cuáles son esas ventajas que permanecen fuera de nuestro alcance independientemente del tipo de televisor? Veamos: Se está difundiendo un sondeo de opinión—me basta oprimir un botón del control remoto para emitir mi voto. He sintonizado un concurso abierto al público en general—nuevamente, uso el control remoto para participar. Quiero jugar a la guerra virtual con mi vecino pero estoy demasiado cómodo para levantarme e ir hasta la computadora, y la pantalla de mi celular es demasiado pequeña para la hazaña épica que planeo—lo puedo hacer usando mi televisor. Mientras espero la reanudación de mi programa favorito luego del espacio comercial, en éste casualmente se promociona una pizza muy de mi agrado—la ordeno y pago (seguramente en la sucursal más cercana a mi domicilio) manipulando una vez más el control que, a este paso, ¡amenaza convertirse en “EL CONTROL”!
Reflexionando sobre las posibilidades expuestas en el párrafo anterior, percibiremos que las diferencias fundamentales entre la televisión convencional y las nuevas prestaciones digitales radican sobre todo en la gran variedad de contenido, en la amplia gama de servicios de valor agregado, y en la posibilidad de interacción versátil con comunicación en ambos sentidos. La oferta trasciende ampliamente la simple ventaja de una imagen de muy alta calidad y nitidez (definición).
TV DIGITAL Y STÁNDARES INCOMPATIBLES
Así como para la televisión analógica convencional se impusieron en el mundo distintos estándares, entre los cuales nuestro país adoptó el estadounidense , para la televisión digital existen también estándares diferentes incompatibles entre sí. Aunque al presente ni el correspondiente proceso legislativo está concluido, la transición hacia el sistema digital oficialmente comenzó en Bolivia en julio de 2010, con declaraciones de la autoridad pertinente respecto de la próxima adopción del estándar brasileño introducido en 2007 en el vecino país, sobre la base de una realización japonesa . Resulta alentador saber que, en Sudamérica, el único país con un estándar distinto es Colombia. Todos nuestros vecinos han adoptado el estándar brasileño y ya han comenzado a explotarlo.
Si pensamos que hasta septiembre de 2011 sólo diecinueve países del mundo han completado la mencionada transición y se espera que apenas tres más lo hagan hasta fin de año, percibiremos inmediatamente que no se trata de un proceso simple o de rápida aplicación. Las dificultades hacia el futuro no son de índole técnica, sino social y económica: a nivel mundial, involucran la obsolescencia total de cientos de millones de televisores analógicos. Pensemos que inclusive en Estados Unidos que, oficialmente aplicó su “apagón analógico” en junio de 2009 (bajo un estándar propio ), en ese país todavía persisten algunas emisiones analógicas convencionales de baja potencia.
En nuestro país, seguramente tendremos todavía diez o quince años en la paulatina implantación y aplicación de la transición analógico-digital en el área de la TV, hasta que realmente se imponga un “apagón” que nos obligue a contar, sea con un receptor totalmente digital, sea con un dispositivo externo capaz de procesar y convertir la señal digital para que nuestro televisor convencional pueda mostrar una imagen. Al usar tal opción de compatibilidad, quedaremos aprovechando tan sólo el sistema de vídeo del antiguo televisor (sólo su pantalla, por decirlo en palabras simples), en tanto que el dispositivo de compatibilidad proveerá la funcionalidad digital, incluyendo la posibilidad de interacción.
Hasta que las emisiones públicas digitales nos alcancen en Bolivia, podemos tranquilizarnos con la certeza de que existe una cómoda ruta de transición y compatibilidad con los dispositivos tradicionales; pero es bueno entender también que no basta un receptor digital para hacer que las verdaderas ventajas de la TV digital lleguen a la casa: las emisoras deben utilizar también esta tecnología e incluir los servicios de valor agregado entre sus ofertas.
Con datos de
NTSC: National Television System Committee – Comité para Sistema de Televisión Nacional.
SBTVD: Sistema Brasileiro de Televisão Digital – Sistema Brasileño de Televisión Digital.
ISDB: Integrated Services Digital Broadcasting – Difusión Digital de Servicios Integrados.
Sudáfrica, Francia, Serbia.
ATSC: Advanced Television System Committee – Comité para Sistema de Televisión Avanzada.
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