En Londres se celebra una conferencia sobre Internet en la que participan políticos, empresarios e internautas. Uno de los temas que ha aflorado es la conveniencia, o no, de redactar un código de buena conducta en Internet. No se trata de una idea original. Países como China y Rusia ya lo propusieron en la asamblea de la ONU del pasado mes de septiembre. Ahora han tenido la contestación formal de Estados Unidos.
El vicepresidente Joe Biden se ha opuesto a cualquier iniciativa que suponga un pesado control sobre Internet que limite los beneficios económicos y sociales que permite la Red. Para Biden, hay algunas personas que sostienen una opinión diferente.
"Buscan un instrumento jurídico internacional que conduzca a un control gubernamental exclusivo sobre los recursos, las instituciones y los contenidos en Internet". Para Biden este tipo de iniciativas conducen a un Internet fragmentado que no conecta a la gente, la separa.
La posición de Biden coincide con la manifestada por el responsable británico de Asuntos Exteriores, William Hague, que en el marco de la citada conferencia manifestó el martes su postura contraria a normas que conviertan Internet en una serie de guetos feudales y limiten la libertad de expresión.
Los países que apoyan este código de buena conducta sostienen que debe perseguirse con él la diseminación de información que fomenta el terrorismo, la secesión, el extremismo o que perjudica "la estabilidad política, económica y social" de un país.
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