El gigante tecnológico Apple inauguró ayer en la emblemática estación Grand Central de Nueva York su mayor tienda del mundo, un acontecimiento que provocó largas colas y llenó de curiosos el vestíbulo de la terminal en Manhattan.
Algunas personas llegaron incluso a pasar la noche para ser los primeros en entrar al local, que abrió sus puertas a las 10.00 entre los vítores del gentío, los trabajadores y cientos de entusiastas que tomaban sin parar fotos y videos con sus iPhones e iPads.
Los primeros 4.000 clientes recibieron como regalo una camiseta roja con el conocido logo en forma de manzana de la compañía, cuyo mayor comercio propio se hallaba hasta ahora en el céntrico Covent Garden de Londres. "Es increíble, la 'MacStore' más completa que jamás he visto, tiene absolutamente de todo", declaró a EFE Jeff Mulligan, quien esperó nueve horas en la fila.
La tienda cuenta con 315 empleados y un espacio de más de 2.100 metros cuadrados en Grand Central, donde ocupa la mitad del piso superior del vestíbulo de la estación, una de las más transitadas del mundo y toda una atracción turística de la Gran Manzana.
En el interior dispone de dos "Genius Bars" —un servicio gratuito de consultas técnicas en la barra de un bar— y también ofrece charlas gratis de 15 minutos para captar nuevos clientes y entretener a los viajeros que esperan su tren. Apple acordó con la Autoridad Metropolitana de Transporte de Nueva York un contrato de 10 años de alquiler.
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