La filtración de las fotos del dueño de Facebook plantea la inquietud. Fernando Das Neves, especialista en análisis de información, advierte: "La gente debe tomar conciencia de lo que está intercambiando".
Durante la edición 2011 del CIO Cono Sur, una de las conferencias más abarcadoras y -en cierta manera- y también inquietante fue la del gerente de investigación y desarrollo de la empresa Snoop Consulting.
Fernando Das Neves, graduado en Informática el Instituto Politécnico y Universidad del Estado de Virginia, Estados Unidos, tiene una amplia experiencia laboral en empresas internacionales de análisis de datos y está familiarizado con la tarea deextraer "lo importante" de complejos volúmenes de información que se le presentan.
Tan complejos como toda la web, una cantidad de datos que los números que estamos habituados a manejar, aún los más grandes, no alcanzan.
- ¿De qué números estamos hablando?
- Esos números gigantes son las potencias más grandes del sistema métrico decimal. Ustedes conocen los megabytes y los gigabytes por el disco rígido, pero estamos hablando de potencias más grandes, como 10 a la 12, que es un petabyte, o zetabytes. Son números en los que resulta muy difícil explicar qué puede haber ahí adentro, y básicamente está todo lo que pasa hoy en el mundo. Cada artículo, cada cosa que usted escribió, cada mail que usted envió, cada vez que entregó un trabajo practico en la facultad, casi cada detalle, sobre todo cuando más joven es, está en alguna parte de Internet hoy en día. Yo creo que el mejor medidor de la cantidad de información que hay es que cuando una persona conoce a otra y va a salir, la busca en Google, a ver qué ha sido su vida pasada. Que esté hoy la vida pasada de una persona disponible en trazos, cosas que una persona escribió y cosas que otra persona introdujo en Internet.
- ¿En qué momento tomaste conciencia de esos datos y de la utilidad que pueden llegar a tener?
- Yo trabajaba en información científica. Papers, básicamente conectar entre sí pedacitos de papers, armar una respuesta haciendo un collage de papers. El mismo problema existe hoy en día en las empresas. Las empresas, por nombrar los dos casos más conocidos, Google y Twitter, usan un montón de esa información para saber qué aviso mostrarle a usted, para que usted haga click en ese aviso, para que ellos puedan cobrar ese aviso en el que usted hizo click. O qué cosas mostrarle que a usted le van a resultar interesantes, que no son las mismas cosas que le van a mostrar a otra persona, porque ellos saben qué busco antes usted y saben qué le interesa. Entonces pueden cambiar el orden de las respuestas para la pregunta que le está haciendo usted. Eso para mí fue siempre algo apasionante. Que haya maneras algorítmicas de responder a ese tipo de preguntas que parecen imposibles de responder. Porque al fin y al cabo es texto. ¿Cómo puede ser que uno pueda sacar respuestas de textos que una computadora definitivamente no entiende? Eso es lo que me llevo a esto.
- ¿No te asustó?
- Me asusta todos los días. Hay gente que tiene definida la consulta, ya está fija, para seguir lo que los otros dicen de él mismo. "Todas las páginas que tienen su nombre", y le sale la lista en Google. A mí me alerta que cosas que yo ya no me acuerdo que hice están ahí. Hay cosas que yo no recuerdo haber hecho, que sin embargo las hice porque hay una página web que dice que yo las hice. Hay fotos de lugares que yo no recuerdo haber estado, pero debo haber estado, porque estoy con gente en esa foto. Y estaba sobrio además, así que debo haber estado realmente.
- ¿Hay datos falsos sobre la gente en Internet?
- Hay casos famosos, uno en el que una persona se peleó con el vecino. Fabricó páginas webs y blogs falsos diciendo que la otra persona había cometido delitos sexuales. Y es el rumor del barrio, no necesita ser cierto, es interesante. Es todo lo que hace falta. Terminó yendo la policía a la casa de esta persona a sacarle el hijo.Finalmente hubo una investigación, atrás un juicio, y la persona que plantó el rumor en la web fue presa, pero el efecto que tuvo en la persona difamada fue tremendo. Sin embargo, la mayoría de la gente está dispuesta a intercambiar privacidad, cosas de su vida, por... algo. Sea Facebook, sea Google... la gente no sabe la cantidad de información que hay disponible hoy en día. Otro caso famoso fue el de un investigador que liberó un año de consultas en America On Line (AOL), búsquedas anonimizadas. No había datos de las personas que las habían hecho, solamente el número de IP (NdR: la identificación de cada terminal de computadoras). El número no quería decir más que el mismo número. Pero un periodista del New York Times, mirando esa lista, encontró que había una persona que preguntaba sobre cosas muy particulares. Por las cosas que preguntaba debía vivir en una cierta área de los Estados Unidos, y probablemente fuera mujer. Entonces agarró la guía y finalmente encontró a esta persona, a partir de las búsquedas que había hecho. "¿Usted vive en tal lado? ¿Está enferma de tal cosa? ¿Le interesa tal y tal cosa?" El artículo que salió en el New York Times hizo que este investigador perdiera el trabajo, porque la gente tomó conciencia de la cantidad de información que está dejando en cada cosita que hace.
- ¿Qué consecuencias puede tener esto a nivel regulatorio?
- Yo creo que básicamente es imposible de regular. Se pueden sacar resultados de Google, pero no se puede hacer desaparecer la página, simplemente se puede hacer más difícil de encontrar. Si alguien decide publicar cosas tremendas sobre uno en un sitio web en Rumania, está bastante difícil convencer a un rumano que saque la página web, sobre todo porque un rumano no te entiende. Entonces básicamente es un problema irresoluble hasta cierto nivel. Si tiene cierto nivel de solución es porque hay puntos de entrada a la web como Google, que son más factibles de regularse. Pero yo no creo que sea regulable, creo que la única manera es que la gente tome conciencia de lo que está intercambiando. Yo no digo que la gente deje de hacer esto, yo solo digo que sean conscientes de por qué lo cambian. Estas cosas no son gratis. Como decía un chiste, no es más gratis de lo que la granja es para el chancho, que va a terminar siendo jamones. Es gratis por una causa. El chancho vive gratis por una causa, que no es que al granjero le guste alimentar chanchos.
- ¿Qué diría Zuckerberg si te escucha decir esto?
- Le importaría muy poco, yo no creo que le haya importado alguna vez... probablemente me diga "Tenés razón, ¿y qué?".
- ¿Tenés Facebook?
- Tengo Facebook y lo uso muy poco. Por dos razones. Una porque me salgo de la demográfica de Facebook, ya tengo 40 años... y mi vida no transcurre por Facebook como transcurre por ejemplo la de mi prima, que tiene 16. Y otra es que hay cosas que pasan más cerca de mí que me llaman más la atención. Sí me sirve para tener contacto con gente de cuando vivía en Estados Unidos que de otra manera sería imposible. Lo que tiene Facebook es eso, mantenerse en contacto con gente que de otra manera sería historia para uno.
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