El sistema de navegación por satélite Galileo, la apuesta europea que competirá con el estadounidense GPS a partir de 2014, ha enviado con éxito sus primeras señales a la Tierra, informó la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Los primeros satélites del sistema, puestos en órbita el pasado 21 de octubre, “se encuentran ya en sus órbitas finales, con sus antenas de navegación alineadas con el mundo al que sirven, y sus sistemas han sido activados”, indicó la ESA en un comunicado.
“Efectivamente, Galileo y GPS pueden trabajar juntos, tal como estaba previsto”, agregó la ESA, que precisó que “la primera transmisión desde esas antenas tuvo lugar el pasado fin de semana”.
La potencia y la forma de la señal “cumplieron a la perfección las especificaciones”, agregó la ESA, que explicó que “la forma es especialmente importante, porque su modulación está cuidadosamente diseñada para permitir la interoperabilidad con la banda L1 de los satélites del sistema de navegación estadounidense GPS”.
La actual campaña de ensayos se concentra en el primer satélite de los dos que se lanzaron a bordo de un Soyuz el pasado mes de octubre y habrá que esperar hasta principios de 2012 para que los científicos se centren en el segundo de los aparatos.
“Se prevé que estos ensayos en órbita concluyan en primavera” de 2012, año en el que se lanzarán los dos próximos satélites Galileo, con los que “quedará así formado el núcleo operacional de la futura constelación”, agregó la agencia.
La siguiente tanda ya está siendo fabricada, para su lanzamiento en 2014, con lo que se dará continuación a un ambicioso proyecto que supondrá una inversión total de más de 15.000 millones de dólares para tener operativos los 30 satélites del sistema en 2020.
Los servicios de Galileo, compatibles con el GPS y Glonass, se aplicarán en ámbitos como la gestión del transporte, la sanidad, la agricultura y la pesca, así como áreas menos generales, como la movilidad de las personas mayores y operaciones de búsqueda y rescate.
Sistema Galileo
Ubicación Los satélites Galileo, a diferencia de los que forman la malla GPS, estarán en órbitas ligeramente más inclinadas hacia los polos. De este modo, sus datos serán más exactos en las regiones cercanas a los polos, donde los satélites estadounidenses pierden notablemente su precisión.
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