“Teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de radiofrecuencia procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud, señala una nota descriptiva en la página web de la Organización Mundial de la Salud.
En 2012, esta organización realizará una evaluación formal de los riesgos a partir de todos los resultados de salud estudiados en relación con campos de radiofrecuencias.
Actualmente los teléfonos móviles, o celulares, son parte integrante del moderno sistema de telecomunicaciones.
La tecnología inalámbrica se basa en una amplia red de antenas fijas o estaciones de base que transmiten información mediante señales de radiofrecuencia. Hay redes inalámbricas que permiten obtener servicios y acceso a Internet de alta velocidad, cuya presencia también es cada vez más frecuente en hogares, oficinas y lugares públicos. A medida que crece el número de estaciones de base y de redes locales inalámbricas, aumenta también la exposición de la población a radiofrecuencias (RF).
Según estudios recientes, la exposición de estaciones de base oscila entre el 0,002 por ciento y el dos por ciento de los niveles establecidos en las directrices internacionales sobre los límites de exposición, en función de una serie de factores, como la proximidad de las antenas y su entorno. Esos valores son inferiores o comparables a la exposición a las RF de los transmisores de radio o de televisión, señala la nota de la OMS.
Efectos a corto plazo
La principal consecuencia de la interacción entre el cuerpo humano y las radiofrecuencias de las estaciones de base y las redes locales inalámbricas es el aumento de la temperatura corporal que es insignificante y no afecta a la salud de las personas. La potencia de los campos de RF alcanza su grado máximo en el origen y disminuye rápidamente con la distancia.
Efectos a largo plazo
Varias investigaciones analizaron los efectos a largo plazo, especialmente su relación con el cáncer. En esos estudios no se han encontrado pruebas de que la exposición a RF de los transmisores aumente el riesgo de cáncer. Del mismo modo, los estudios en animales tampoco han detectado un aumento del riesgo de cáncer por exposición a campos de RF, incluso en niveles muy superiores a los que producen las estaciones de base y las redes inalámbricas, señala.
El efecto que estas antenas tienen sobre la salud ha sido y sigue siendo objeto de estudio.
Pero esto no va a cambiar, con tantos Celulares y por nuestra gran atraccion hacia ellos
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