Los fanáticos de Apple en los cuatro continentes acudieron puntuales ayer a comprar la última versión del iPad; pero a pesar del ritual cuidadosamente orquestado de su lanzamiento, la efervescencia por un producto sin innovaciones era moderada.
La tercera versión en tres años de la tableta de Apple, el gigante californiano de la informática, se distribuyó por primera vez en 10 países y territorios: Australia, Hong Kong, Japón, Singapur, Francia, Alemania, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá.
En Australia, primer país en sacar a la venta la nueva tableta debido al huso horario, cientos de personas esperaban frente a la gran tienda de Apple en Sídney. El año pasado, sin embargo, algunos clientes llegaron a acampar cuatro días antes del lanzamiento del modelo anterior, el iPad2.
En Tokio, algunos "adictos" de la marca de la manzanita esperaron durante horas, o incluso más, para hacerse con el nuevo producto, como Ryo Watanabe, un estudiante en la capital japonesa. "íEstoy emocionado, lo tengo! Hace 36 horas que estoy aquí", dijo al salir de la tienda con su nuevo iPad bajo el brazo.
Sin embargo, después de haber atendido a unos pocos cientos de impacientes, la tienda de Apple en el exclusivo barrio de Ginza quedó desierta. En Londres, la mayor tienda de Apple en Europa, una multitud de vendedores recibían a los escasos clientes que desafiaban el frío. La nueva tableta es compatible con las redes celulares 4G, aunque en la práctica esta conexión sólo está disponible por ahora en América del Norte.
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