Apple acaba de celebrar el lanzamiento de su tercer iPad, pero después de las mieles del éxito le toca saborear la amargura del fraude en su negocio electrónico, el AppStore, hasta ahora un presunto santuario de seguridad en internet.
La empresa recibió, en efecto, más de un millar de reclamos por cuentas violadas y fraudes contra tarjetas de crédito.
Al parecer los trastornos comenzaron ya en 2009, con clientes que denunciaron el robo de números de tarjetas para transacciones falsas que iban de pocos dólares hasta 800. Recientemente un artículo del New York Times contó la historia de un hombre, Ryan Matthew Pierson, que se encontró con una cuenta de casi 440 dólares en el AppStore por haber comprado “moneda virtual” para un juego de iPhone llamado “iMobsters”.
Pero no era más que un engaño: al punto que Apple se vio incluso obligada a cerrar cuentas después de que algunos hackers efectuaran transacciones no autorizadas.
Incluso si la cuestión fue resuelta y los clientes reembolsados, el problema sigue e incluso va en aumento: según el New York Times, Apple no está haciendo lo suficiente para frenar el fenómeno mientras cae el mito de la inviolabilidad del negocio en línea de la casa de Cupertino.
El AppStore ofrece más de medio millón de programas de software para cualquier producto de Apple, de modo que se trata de un objetivo suculento para los hackers.
La semana pasada, más de un centenar de usuarios de iTunes se quejaron por haberse encontrado con un crédito inferior.
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