Es el sello de la China Compulsory Certification, conocida como 3C. El año pasado, Apple lanzó el iPad 2 apenas un mes después de obtener el visto bueno de este regulador.
Pleito. A juzgar por las últimas declaraciones públicas de los responsables de Proview, la empresa taiwanesa en bancarrota que registró la marca en 2001 para fabricar un PC con conexión a internet, las negociaciones se encuentran en la vía muerta. “Estamos esperando la oferta de Apple”, reconoció la semana pasada al diario Washington Post el fundador de Proview, Rowell Yang. Y añadió que si la oferta era buena y justa, cerrarían el acuerdo con este ofrecimiento.
Sin duda, los chinos querrían cerrar el pleito con un acuerdo económico que garantizaría la continuidad de la empresa, pero no parece que Apple vaya a dar el brazo a torcer. Porque los de la manzana mordida aseguran que tienen en su poder documentos que certifican la compra de los derechos de la denominación para todo el mundo, incluida China.
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