La canadiense Research In Motion (RIM), fabricante del BlackBerry, enfrenta las horas más oscuras de su historia debido a una caída del 18% en sus acciones por el retraso de un año de sus nuevos smartphones. El remedio: despedir a 5.000 trabajadores.
El mundo de la tecnología vive en un acelerómetro permanente. BlackBerry, en el firmamento hace dos años, ha caído desde allí al infierno y, al igual que su rápido ascenso, sin saber muy bien por qué.
Al cerrar la noche del jueves, las acciones de RIM disminuyeron 18%, tras anunciarse que los nuevos smartphones, esperados desde hace un año, se retrasarán otro año más. Esta situación provocó una caída en sus ingresos de un 43% y crecientes rumores de su venta, aunque sea a trozos.
Remedio. Ante esta situación, la solución encontrada por la empresa es el despido de 5.000 personas, casi un tercio de su plantilla de 16.500 trabajadores, lo cual no sorprende debido a que la compañía ya había comunicado su intención de realizar recortes para ahorrar en costes y superar su crisis.
Según The Washington Post, el despido de una gran parte de los trabajadores generará un ahorro de $us 1.000 millones, que podrán ayudar a mejorar los resultados económicos de la firma.
El fabricante de Blackberry ha visto cómo sus rivales conseguían imponerse en el mercado. RIM intentó reaccionar reformando su estructura y directiva, y desarrollando BlackBerry 10 (una nueva versión de su sistema operativo canadiense llamado a catapultar los dispositivos canadienses). Sin embargo, ello no ha sido suficiente. A pesar del anuncio de grandes cambios, el nuevo sistema operativo (BBK) se retrasa una y otra vez.
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