Estos son algunos datos sobre el nuevo sistema operativo de Microsoft. Los detalles que más llaman la atención hacen referencia a los siguientes cambios y mejoras .Primero veamos la Interfaz. Este es el principal cambio al que nos tendremos que enfrentar a la hora de optar por Windows 8. El sistema propone un nuevo enfoque con lo que hasta ahora hemos visto en Windows, alejando su foco principal del escritorio. La interfaz Metro divide las distintas aplicaciones y accesos directos del sistema en bloques que se distribuyen en la pantalla. Se trata de una interfaz inspirada en Windows Phone y que está diseñada para satisfacer dispositivos con capacidades táctiles, aunque su uso con el ratón es bastante ágil.
Las principales ventajas de esta interfaz es que los elementos principales del sistema cuentan con una gran visibilidad, el diseño en bloques también sirve como alertas para mostrarnos aspectos como los correos recibidos o las novedades en las redes sociales. Precisamente, aquellos usuarios que utilicen a menudo Facebook o Twitter serán seguramente los que más valoren la nueva interfaz, ya que su integración es francamente buena.
Aunque Microsoft haya dado un gran paso para desviar el foco a una interfaz fuera del entorno de escritorio al que estamos acostumbrados, el mismo permanecerá en forma de una aplicación más dentro de Metro. El interior de esta aplicación será prácticamente igual al que ya conocemos, salvo por un detalle que, no obstante, puede resultar decisivo: se abandona el menú de inicio de Windows.
Con esta decisión, Microsoft obliga al usuario a adoptar progresivamente la nueva interfaz principal si quiere contar con Windows 8, ya que el vacío de este menú se debe llenar con la nueva forma de navegar. Los cambios suelen ser resistidos así como esta nueva transición lo será, muchas veces resultará difícil y aunque después se comienzan a encontrar aspectos positivos.
Otro de los cambios, dentro del nuevo escritorio de Windows 8, será la del navegador. Aunque la base es la misma, en la parte superior nos encontraremos una barra de herramientas similar a la que incorporó Microsoft en las últimas versiones de sus herramientas de ofimática Office. La barra Ribbon, muy visual y con los iconos grandes. Su uso es bastante intuitivo y los iconos están mejor repartidos que en el caso de la de Office. No obstante, es cuestión de gustos.
Windows 8 mejora la rapidez de inicio que se consigue con Windows 7. Un gran acierto de Windows 8 es que el sistema operativo funciona con los mismos requerimientos del sistema que tenía Windows 7.
Lo que sí supone un avance interesante es la gestión de las transferencias de archivos.
Con Windows 8 podemos transferir varios archivos o conjuntos de archivos dife
rentes desde una misma ventana, e incluso se puede controlar la prioridad de cada transferencia, pausar las transferencias o ver la velocidad que llevan.
La base de la multitarea en los dos sistemas es similar. La forma más sencilla de manejarnos entre aplicaciones estriba en apretar “Alt+Tab” e ir variando entre las diferentes opciones. No obstante, Windows 8 incorpora una franja lateral en la zona izquierda de la pantalla (basta con mantener el ratón en la esquina superior derecha y luego bajar hacia abajo) en la que aparecerán en forma de miniaturas las diferentes aplicaciones abiertas.
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