Isaac Chávez, es un joven Tarijeño de 28 años de edad, que como pasatiempos adoptó el gusto de construir cosas, entre las que tiene en su colección artesanías en madera y otros materiales, pero lo más sorprendente fue su último trabajo realizado en aquellas noches de tiempo libre, en el que elaboró un brazo robótico con materiales reciclables, a pesar de no haber estudiado electrónica, ni siquiera una carrera similar. Isaac cuenta que desde sus 10 años empieza a tener curiosidad por saber cómo funcionan las cosas y fue su padre que en determinado momento le recodaba que se podía aprender el funcionamiento de algunos objetos, desarmando los mismos y volviéndolos a armar.
Él estudio la carrera de Derecho, de la que egresó en la pasada gestión, sin embargo, tiene un pasatiempo totalmente distinto, donde pone en funcionamiento todas sus habilidades electrónica y artesanales.
BRAZO ROBÓTICO
Para construir el brazo robótico, o como lo llama él “un juguete” por la escala que tiene la misma, compuesta con partes CD’s viejos, pilas usadas, engranes de juguetes viejos, partes desechadas de una video casetera entre otras de sus partes; este brazo robótico funciona con corriente eléctrica, es así que le instaló un transformador y un control que maneja el movimiento, ese control fue obtenido también de un juguete viejo.
La lógica que aplica Isaac, es que si los chinos pueden construir juguetes, “nosotros porque no”, es así que antes crear algo, el inventa las cosas de manera imaginaria en su cabeza, realizando una ingeniería de lo que va a construir.
“Baje un par de fotos del internet para construir el brazo robótico, además que analice el funcionamiento de los juguetes, para poder entender que solo se necesitan engranajes para poder generar movimiento en el aparato, y que le instale cables para generar fuerza mediante corriente eléctrica”, explica Isaac en términos sencillos.
A la vista se observa como el brazo robótico gira en su eje, además de que la parte superior del mismo, se mueve de arriba para abajo generalmente. Puede dar una vuelta de 180 grados, y las pinzas que tiene en la punta puede agarrar cosas y levantarlas de un lugar a otro, dentro del área en el que se encuentra el aparato, ‘bastante interesante’.
Todos los movimientos que hace al brazo robótico son manejados mediante un control remoto que está conectado por cables al aparato.
MOTIVACIÓN
Isaac señala que continuará con este pasatiempo, y a pesar de sus habilidades, piensa ejercer la profesión que estudio, es decir de abogado. Todavía no ha visto como una actividad principal, el de fabricar varios artículos de materiales reciclables, ni de poder ingresar a estudiar electrónica.
Sin embargo, el trabajo que realizó ya fue conocido por un docente de la carrera de informática, según lo que cuenta Isaac, ese profesional se quedó impresionado al ver su trabajo, tras señalar que sus alumnos arman robots, pero con piezas que son compradas de otros países, es decir que sólo las arman, pero sí son ellos quienes lo programan.
El trabajo de Isaac fue llevado a la Universidad Juan Misael Saracho por el docente para ser mostrado. Le habrían ofrecido por el mismo 500 bolivianos para comprar su trabajo, sin embargo, él señala que no vende sus trabajos, que le gusta hacerlos pero que no es para lucrar con ellos y más bien los regala a familiares o personas cercanas a él.
PRÓXIMOS TRABAJOS
Le preguntamos sobre un próximo trabajo, y él señala que ya tiene en mente elaborar un brazo robótico a mayor escala, con una mano con cinco dedos y con una mayor fuerza para agarrar las cosas.
Los materiales para este próximo trabajo, ya los viene pensando en la cabeza, “por supuesto que tiene que ser de materiales reciclables, lo que sí es pensar en algún motorcito que pueda generar una mayor fuerza para este próximo trabajo por realizar”, dice.
OTRAS OBRAS DE ARTE
Cuando El País visitó su casa, pudimos observar en su dormitorio otros trabajos realizados por él, entre ellos, un barco de más de 30 centímetros de largo, que contaba con todos los detalles imaginados por Isaac, este objeto, está hecho de manera y tallada en el mismo, figuras representativas a los piratas, con sus velas, el timón y otros detalles de un barco real.
También nos mostró un foco común y corriente al cuál le quitó la parte del medio y puso al interior un barco pequeño, que también cuenta con los detalles que amerita. Isaac señala que hizo otro más pequeño aún en una botella muy pequeña y que el barco al interior de esa botella es un llavero, con ese dato nos imaginamos el trabajo realizado y la escala en la que la hizo.
“Para este tipo de cosas, no existe el apoyo necesario por parte de las autoridades”, dijo Isaac al señalar de que en Tarija, deben existir otros jóvenes con el talento de construir cosas ingeniosas, pero que sin embargo, no se conoce su trabajo, como ocurrió con él hasta ahora.
Dijo que no existen lugares, ni instituciones que puedan incentivar este tipo de trabajos o habilidades, y que muchas personas que realizan robots o artesanías, muchas veces no hacen trabajos grandes por falta de recursos económicos e incentivos.
“Todas estas cosas a mí me gustan hacer, a veces estoy aburrido mirando tele o quiero descansar después de leer mis libros, es entonces que me dedico a elaborar todas estas cosas”, fueron algunas de las palabras de Isaac.
Isaac dice que no se dedicaría a utilizar sus habilidades como actividad principal para generar sus ingresos económicos, argumentando que para realizar sus trabajos en su tiempo libre, él es quién se toma el tiempo necesario y que no le gustaría hacer lo que hace ahora bajo presión o con límites de tiempo, es así que señala que el construir barcos o brazos robóticos seguirán siendo parte de su pasa tiempo ‘favorito’.
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