Si bien la impresión de la imagen superior se ve algo borrosa, cabe recordar que sus 50 micrómetros (µm) de ancho es más o menos lo mismo que un cabello humano, pero lo realmente revolucionario de esta invención es que su método “en vez de usar tintas para los diferentes colores, se encodifica su información a través del tamaño y posición de pequeños discos de metal.
Luego estos discos interactúan con la luz a través de la resonancia de plasmones“, asegura el líder del equipo Joel Yang. /FayerWayer
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