06 septiembre 2012

Cómo lidiar con acosadores cibernéticos

Empecé con una conversación con un chico desconocido que solicitó mi amistad en el Facebook y que aparentemente era muy respetuoso y amable. Después de un tiempo, mi vida se convirtió en una pesadilla porque no dejó de hostigarme, perseguirme, insultarme y desprestigiarme, luego de que me negué a continuar con esa amistad”, cuenta Estéfani, una estudiante de Medicina de 26 años que se vio obligada a cambiar sus cuentas de correo y hasta el número de su teléfono celular.

El ciberacoso implica un daño recurrente y repetitivo a través del envío de mensajes electrónicos que pretenden causar angustia emocional y preocupación. El ciberacoso puede ser tan simple como cuando se envía continuamente correos a alguien que ha dicho que no quiere permanecer en contacto con el remitente, lo que puede derivar en una persecución real. A la persona que acosa y vigila a través de redes sociales se la conoce como stalker.

“Luego de estar en contacto por cuatro meses, un día decidimos conocernos. Cuando lo identifiqué me dio un mal presentimiento por la forma en que me miraba; no era quien imaginé y decidí cortar el contacto. Fue entonces que empezó a hacerme la vida a cuadros”, lamenta Estéfani.

Los medios más utilizados por los stalkers son los servidores de correo electrónico (Gmail, Yahoo, Hotmail), las redes sociales (Facebook, Twitter, Myspace, Sonico), blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos móviles y páginas web, porque permiten el anonimato, explica el capitán William Llanos, especialista en delitos informáticos del Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial de Bolivia.

El acoso por telefonía celular se está reduciendo cada vez más porque existe el temor de los acosadores de ser identificados a través del número de IMEI o la línea telefónica, aunque es muy común en parejas que ya tuvieron una relación.

“No existe una receta para lidiar con estos acosadores, pero recomiendo no ser tan tolerantes con extraños, no dar oportunidades o espacios de este tipo (seguirles la conversación o el contacto), pues la presión que ejerce un acosador obsesionado se debe a que la persona lo permite. A consecuencia de ello incluso podemos ser sujetos de violencia física o psicológica directa o indirectamente (a nuestros familiares o allegados)”, comenta Claudia Araujo, abogada y experta en seguridad cibernética de Yanapti, una compañía privada de Bolivia que se ocupa de detectar delitos informáticos.

Araujo cuenta que la primera denuncia de esta clase de delitos se hizo en 1999 y que, desde entonces, recibieron otras, hasta tener entre tres y cuatro por semestre.Por lo general, las víctimas suelen ser mujeres (casadas o solteras) que se exponen a recibir mensajes de un anónimo que las difaman, calumnian, amenazan y hostigan. Suele pasar que la soledad les impide ser objetivas y ofrecen demasiada información. También puede pasa que un stalker rechazado suplante la identidad de la víctima para hacer creer a los demás que es ella quien lo provoca.

Si sufres acoso de este tipo, es importante denunciarlo ante las instancias correspondientes, como la Fiscalía y la Policía, para iniciar la investigación, y al Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial para el análisis forense de la evidencia digital.

Como medida preventiva, evita publicar fotografías comprometedoras tuyas, así como textos que informen tu estado de ánimo o detallen tus movimientos. Jamás agregues a desconocidos y comprueba las identidades de tus amigos. Si te acosa alguien, bloquéalo de la lista de contactos, así como sus correos. Si es posible, elimina esa cuenta y crea una nueva en la que tengas mayor control.

Consejos

Cambia cada corto tiempo tu contraseña y no la compartas. Usa caracteres alfanuméricos (signos y letras, mayúsculas y minúsculas), nunca nombres, cosas o lugares fáciles de recordar.

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