Creo que todas las personas tenemos unas prendas favoritas que las usamos más allá de su vida útil. A mí me sucede con ciertas prendas para dormir. Cuando las hilachas ya se convierten en huecos, decido mandarlas a mejor vida. Con mi celular no puedo hacer lo mismo, tendrá que morir solito, aunque se resiste a irse de este mundo.
Como comprobé en muchos sitios web, soy uno de los enamorados del clásico Nokia 3300. Encontré varias cartas de amor y de homenaje a este celular, que fue el primer modelo de Nokia que permitía cargar música mp3 y tenía teclas dedicadas al manejo de la música.
Este modelo salió en 2003, cuando fue calificado como el más chulo de entonces. Por lo que leí en internet, era toda una sensación en la juventud. Esto escribía un usuario en diciembre de 2003: “Vamos a decirlo claro: este móvil está pensado para la gente que quiere llevar música siempre encima, es distinguida y quiere un móvil diferente y bonito (como yo xD) y tiene dinero suficiente para pagarlo (') Su aspecto llama mucho la atención. Que me lo digan a mí, que me da vergüenza sacarlo en público porque siempre alguien se queda mirando... Por no hablar de cuando suena, claro, porque tanto para llamadas como mensajes puedes hacer que suene una canción de la tarjeta de memoria'”.
En otra parte encontré una publicidad de entonces que decía “¡Es música, mensajes y mucho más! Radio FM, mp3, chat, correo electrónico, juegos. Envía y recibe mensajes multimedia, combinando texto imágenes y sonidos y también mensajes SMS. Internet móvil con transmisión de datos vía GPRS”.
Otro punto en favor de este modelo era su cómodo teclado full-qwerty, a ambos lados de la pantalla. “Realmente era la envidia del colegio al poder escribir SMS a una velocidad asombrosa”, recuerda Jhonny Valgreen, un chileno que lo compró en 2004.
Con la velocidad de escritura que permite su forma, una vez me gané un celular más moderno. Fue en un evento publicitario en el cual se relanzó la imagen de ENTEL. Los organizadores pidieron a los periodistas que enviáramos un mensaje al celular de uno de ellos para ganarnos un nuevo equipo. A los cinco segundos que terminó de dar esa instrucción, el mensaje le llegaba a su teléfono y me gané un celular más pequeño y más moderno, que después lo regalé.
La primera dueña del 3300 fue una sobrina que me lo vendió para comprarse uno más moderno. En estos cinco años, ella cambió muchos celulares y actualmente su onda es puro touch. Yo estoy felizmente anclado.
Mi empanada
Hasta hoy no descubrí otro celular que se acerque aunque sea un poco a la forma que tiene mi 3300. En realidad hubo una consola de juegos y a la vez celular denominado Nokia Ngage que tenía la misma forma. Son una rareza.
“Parece empanada”, me dijeron una vez refiriéndose a su forma y desde entonces ése es el apodo de mi celular.
Mi “empanada” permite romper el hielo con personas de varias edades. Los niños y ancianos creen que es una moderna consola de juegos, mientras los jóvenes se admiran de que exista todavía alguien que use ese modelo clásico. Los más chinchosos hacen bromas a costa mía y de mi apego a mi 3300. Incluso me hicieron una caricatura en la cual se ve que de mi cuello cuelga una especie de batán.
La verdad que es muy pesado y voluminoso. Como era muy incómodo ponerlo en algún bolsillo, lo llevaba colgado del cuello hasta que se rompió la apertura que tenía para colocarle la cinta.
También la tapa de la batería tiene una rajadura y alguna letra de su teclado ya no responde de forma delicada, pero aún así es un todoterreno. Se cayó tantas pero tantas veces que una vez salió despedida su batería y volvió a cerrarse la tapa.
Creo que el apego que tengo se debe a que me identifico con mi celular. Sé que está ya maltratado, pero aún funciona muy bien. No usa lo último de la tecnología, pero saca todo el provecho a lo suyo. Pueden existir modelos más modernos pero también son más complicados. Si lo voy a reemplazar debe ser con otro modelo que esté a su altura y sus méritos. No voy a arrinconarlo simplemente con el argumento de que es un modelo discontinuado.
Los más chinchosos hacen bromas a costa mía y de mi apego a mi Nokia 3300. Incluso me hicieron una caricatura en la cual se ve que de mi cuello cuelga una especie de batán.
Marcelo Paredes LastraPatayperro
No hay comentarios:
Publicar un comentario