Son un residuo peligroso para el medio ambiente y la salud humana, pero son una fuente de ingresos.
Al igual que la ropa cambia de acuerdo a la estación o la moda, los teléfonos celulares se renuevan en Bolivia a un promedio de 5.000 aparatos por día y cada año se desechan 1,8 millones, según un estudio que realizó la organización Swisscontact.
El objetivo de este estudio, que se realizó en septiembre de 2009, fue generar información sobre el circuito y la cantidad de residuos eléctricos y electrónicos, que se generan en el país.
UN PELIGRO Y UNA FUENTE DE INGRESOS. La asesora de la organización suiza de cooperación, Ximena Ayo, explicó que con este estudio se pretendía elaborar un diseño de gestión integral de estos residuos en el eje troncal, pero se amplió a El Alto, Oruro, Montero y Quillacollo, porque se detectó que hay un gran flujo de estas mercaderías.
Como concepto, se entiende que los residuos electrónicos son las partes externas e internas que el propietario decide dejar de utilizar, sea por obsolescencia o por un mal funcionamiento. En este sentido se observa que la importación formal de estos productos se incrementó de 15 a 25 toneladas entre 2003 y 2007, principalmente en los productos de telecomunicaciones e informática, y para el periodo 2008-2015 se tiene previsto un incremento a 53.000 toneladas por año.
Esto significa que la generación de estos residuos por persona subirá en un 50 por ciento, de 2,2 a 3,3 kilogramos por año, según los cálculos del estudio.
Si bien los celulares contienen materiales y sustancias químicas tóxicas, como el litio y el mercurio, “es un gran residuo potencial para ser reciclado. Hay muchos elementos que tienen mercado en el mundo”.
En este sentido, la entidad suiza ayudó a formar una empresa que se encarga del reciclaje de equipos electrónicos, pero que además cumple con todas las recomendaciones de manejo medioambiental y de salubridad, esto debido a que en el país existen muchas empresas que se dedican a este negocio sin ningún control ni regulación y con el consiguiente peligro de que los residuos sean manejados de forma inadecuada, sobre todo en el manejo de los flujos de agua.
LOS CELULARES SE VAN AL BASURERO. El estudio permitió comprobar que el 12 por ciento de los hogares de El Alto botan sus celulares, un 21 por ciento los venden, el 19 por ciento los almacenan y el 44 por ciento los reparan. En el caso de La Paz, un 33% los vende; el 14% los almacena, el 33% los repara y el 6 por ciento, los desecha.
UN CELULAR ESTÁ COMPUESTO EN UN 50 POR CIENTO POR PLÁSTICO, UN 15 POR CIENTO por CABLES, UN 15 POR CIENTO DE COBRE, UN DIEZ POR CIENTO DE CIRCUITOS, UN UNO POR CIENTO DE ALUMINIO Y OTROS.
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