11 noviembre 2012

Ciberadictos Tratamiento para poder recuperar la vida real

Caso patológico. No es fácil reconocer que uno tiene un problema por la manera de usar Internet.

Si sueles engancharte unas 30 horas semanales, llegas a casa después de horas trabajando con Internet y sigues, hablas con el ordenador, o desatiendes tus obligaciones familiares y labolares, puedes tener un serio problema.

La adicción a Internet o ciberadicción es un problema con el que se están empezando a encontrar los psiquiatras en todo el mundo. Un ejemplo, la unidad de Juego Patológico del hospital de Bellvitge en España ya atiende a 52 adictos a las redes sociales.

"Me di cuenta un día que había dejado de hacer tortilla de patatas a cambio de algo rápido a la plancha para ponerme ante el ordenador; había dejado de pasear el perro con mi marido, ya no veíamos la tele juntos por la noche y llegaba a ponerme el despertador a las cinco para cuidar mi huerto en Facebook antes de ir a trabajar", describe M. A., 52 años, un buen empleo, casada desde hace 31 años y dos hijos en casa pero independientes.

"Tienes un problema cuando el día no puede empezar sin encender la pantalla (del móvil, del ordenador, de la tableta) para mirar mensajes o consultar correos, la cuenta de Facebook, los tuits", enumera la psiquiatra Susana Jiménez, de la unidad de Bellvitge.

"Cuando esa conexión es la primera actividad de tu día y probablemente la última, cuando la vida on line pasa por delante de todo lo demás y llegas a abandonar el resto de tu vida off, la de comer, dormir, cuidar a los niños, acompañarlos en los deberes o charlar con los compañeros durante el almuerzo, sufres una adicción, estás enganchado".

SEÑALES DE ALARMA

Cada vez se necesita más para obtener igual satisfacción. Comparte perfil con todas las adicciones asociadas a la conducta y es muy distinta de las adicciones a una sustancia. Pero, igual que ocurre cuando uno se engancha a una droga, los adictos a las redes, a internet o a los videojuegos on line -las videoconsolas ya son una preocupación del pasado- se genera tolerancia. Y cada vez se necesita más actividad para obtener la misma estimulación.

"Estamos viendo casos con picos de actividad de quince y dieciséis horas diarias y con una dedicación media, entre mensajes, búsqueda en internet y juegos de las propias redes, de 7 y 8 horas diarias", explica Jiménez.

PERFIL DE VULNERABILIDAD

Entre la impulsividad y la dificultad para dirigir su vida. El potencial adictivo de las redes sociales es enorme: acceso las 24 horas, en el entorno que quieras, con cifras (amigos agregados, puntos del juego, seguidores en Twitter) que refuerzan continuamente el ánimo.

"Pero para generar adicción, y un problema importante por lo tanto, se combina con una personalidad en la que suele haber impulsividad, siempre en busca de sensaciones, baja autoestima y poca confianza en uno mismo para manejarse ante una dificultad", relata la doctora Jiménez. También coexiste con una baja capacidad de autodirección, personas a las que le cuesta llevar las riendas de su vida, persistir, creer en uno mismo y les es fácil dejarse llevar por el impulso del momento.

CÓMO SALIR

Reconocer todo lo que está pasando y frenar. El tratamiento es diferente según el caso. Hay muchos adictos a los que no se puede proponer la abstinencia total, sino una reducción. "Y no sirve para nada quitarles el router o el móvil a los adolescentes", advierte la doctora Jiménez. "Puede incluso provocar una reacción violenta".

El objetivo es el aprendizaje del uso razonable, calcular mejor los riesgos, reducirlos en las personas más vulnerables, ayudar a aflorar los recursos que tiene uno para protegerse ante la fascinación de una herramienta sin fin. Y eso lleva su tiempo.

PREVENIR

Una vida off más estimulante y compartir un poco la on. La mayoría de los adolescentes que llega casi de los pelos a la consulta considera la vida off extremamente aburrida. "Las familias tienen mucho que hacer, empezando por jugar un rato con ellos en la pantalla, aunque te repatee", señala Susana Jiménez. Eso proporciona más información acerca de lo que sienten los hijos ante la pantalla y a la vez les permite a estos no ver a los adultos como absolutamente ajenos a su estimulante actividad.

DESMITIFICAR

Disciplina para no caer en la fascinación. La inmediatez, la velocidad a la que un ciudadano de a pie puede ser leído en millones de móviles de todo el mundo por escribir en Twitter una frase ingeniosa; la aparición de continuas novedades tecnológicas y el prestigio de tener siempre lo último; el pertenecer a una comunidad al margen de la edad y la capacidad de éxito; el estar on en cualquier momento del día y de la noche y recibir continuos ding porque alguien te envía un Whatsapp "son fuerzas muy potentes", explica el el psicólogo Ricard Cayuela. "Por eso deberíamos concretar una especie de disciplina para hacer frente a esa fascinación, ser conscientes de las trampas, de que 500 agregados no te convierten en un tipo popular".

PREGUNTAS FRECUENTES



¿Es preferible que mi hijo no utilice Internet bajo ningún concepto?

No. Internet es una herramienta imprescindible que le reporta infinidad de posibilidades y que precisará no sólo en el futuro si no en su vida diaria. Además, si le quitas el acceso a Internet, puede utilizarlo desde la casa de un amigo o desde la biblioteca, y lo hará sin supervisión.

Mi hijo se acuesta de madrugada utilizando Internet porque dice que padece insomnio, ¿puede estar encubriendo una ciberadicción?

Uno de los síntomas es la falta de sueño, que se sustituye por horas de conexión, pero no debemos alarmarnos a la primera de cambio. Si te preocupa, observa su comportamiento por las noches para ver si realmente se trata de insomnio.

Mi hijo chatea con sus amigos desde su portátil durante las horas de la comida, ¿eso es normal?

Cada cosa tiene su momento. Explícale que las horas de la comida deben dedicarse a ello pero para nada tiene por qué tener que ver esto con un caso de ciberadicción, tiene más que ver con la comunicación familiar y con la educación.

Cuando le digo a mi hijo que apague el ordenador porque lleva varias horas conectado se enfada mucho. Una vez lo castigué sin computadora, empezó a sentir ansiedad y tuve que levantarle el castigo para que se calme, ¿debo preocuparme?

Los expertos señalan este cuadro como uno de los más reveladores para diagnosticar la ciberadicción. Que se enfade puede ser síntoma de la rebeldía típica de esta edad pero si la ansiedad sólo se le quita con la conexión a Internet y no es capaz de controlarse, es recomendable acudir a un profesional.



CONSEJOS PARA LOS PADRES



Con un uso de Internet adecuado y tutelado por un adulto, la ciberadicción no tiene razón de ser. Para ello:

- Coloca el ordenador en una zona común (por ejemplo, en la sala de estar) para que tu hijo o hija esté cerca de la familia y puedas controlar el tiempo que pasa conectado, así como ojear las páginas que visita.

- Si lo que utiliza es un portátil, trata de que no pase mucho tiempo en su cuarto. Échale un vistazo de vez en cuando y ofrécele tu ayuda.

- Consensua con tu hijo o hija el tiempo diario que utilizará frente al ordenador.

- Ayúdale a distribuir su tiempo en Internet entre los deberes y el ocio.

- Explícale las funciones y posibilidades que nos ofrece el ordenador en general e Internet en particular.

- Procura que mantenga aficiones paralelas a Internet en las que se relacione con otros niños de su edad.

- Mantente informado de su evolución educativa y comportamiento en clase a través de sus profesores y profesoras, es decir, crea un diálogo fluido entre vosotros.

ACCIONES A EMPRENDER

Sí, por el contrario, sospechas que tu hijo está afectado, sigue los siguientes pasos para confirmar si estás en lo cierto:

- Asegúrate de si su actitud varía cuando está conectado y cuando no lo está.

- Fíjate en si tiene cambios de humor cuando no puede conectarse.

- Ponte en contacto con sus profesores y exponles tu preocupación.

- Conversa con él sobre el tema y hazle ver tu inquietud.

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