Cuanto mayor sea el nivel de características autistas que posea una persona, mayores son las probabilidades de que utilice Internet de manera compulsiva.
Ésta es la llamativa conclusión a la que ha llegado el equipo de Catrin Finkenauer de la Universidad Libre de Ámsterdam, en los Países Bajos.
La investigadora dio a 195 parejas casadas un cuestionario sobre la frecuencia con que accedían a Internet y sobre el grado en que ese uso de Internet era compulsivo. El uso de Internet es compulsivo si el usuario ya no es capaz de ejercer control sobre su actividad online.
Finkenauer también estableció el nivel de los rasgos autistas de los encuestados.
Se constató que las personas que tenían un perfil alto de características autistas usaban Internet de forma compulsiva con más frecuencia que las personas que tenían pocas o ninguna característica autista.
Las personas con características autistas no necesariamente pasaban más tiempo en Internet, pero a menudo la naturaleza del uso que hacían de él era más problemática. Ejemplos de uso compulsivo de Internet son, en ausencia de una necesidad laboral imperiosa de emplearlo, continuar usando Internet a pesar de querer parar, que el uso cree conflictos con los demás, y sentir una gran inquietud si no se puede usar.
Un año más tarde, a los encuestados se les dio a completar los mismos cuestionarios con el fin de medir diferencias aparecidas con el paso del tiempo. En ambos momentos, los hombres estaban usando Internet de modo más compulsivo que las mujeres. Las mujeres con tendencias autistas que un año antes habían mostrado poco uso compulsivo de Internet, un año más tarde presentaban niveles mayores de uso compulsivo. "Tal vez las características autistas son principalmente un factor de estímulo cuando se comienza a usar Internet compulsivamente", es la explicación que da Finkenauer.
Hasta ahora, se había asumido que el uso de Internet tenía mayormente un efecto positivo sobre las personas con características autistas. Internet les permite comunicarse con otra gente en un ambiente seguro y estructurado sin tener muchas distracciones. Finkenauer advierte que es importante supervisar el uso de Internet que hacen las personas con muchas características autistas, para evitar que este uso dañe el contacto que tienen con el "mundo offline". Ella cree que se necesita hacer un estudio de seguimiento concienzudo para determinar la naturaleza exacta de la relación.
El estudio que ahora ha concluido, en el que también han trabajado Monique Pollmann, Peter Kerkhof y Sander Begeer, ha contado con financiamiento a cargo de la Organización Neerlandesa para la Investigación Científica (NWO).
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