Internet es un sistema de computadoras manejadas por diferentes programas que permiten el envío y la recepción de información. De esta forma existen programas que rastrean y almacenan el comportamiento de un usuario en la red en cuanto a sitios visitados se refiere. Por esta razón muchos usuarios suelen recibir publicidad justo cuando acaban de reservar un vuelo o una habitación de hotel en línea. O quizás has estado buscando información sobre un taller de automóviles y cuando visitas otras páginas te das cuenta de que te están sirviendo anuncios sobre coches. No son coincidencias. Sencillamente están siguiendo un rastro por la Red. Nuestra intimidad está expuesta. Cada vez que visitamos un sitio web, las cookies quedan almacenadas en nuestro equipo, la dirección IP desde la que estamos conectados queda registrada e incluso existen herramientas para relacionar esa información con su nombre y el resto de información que introduce en los formularios en línea.
Muchas de esas cookies ni siquiera proceden del mismo sitio que visita, sino de terceros (redes publicitarias y empresas de análisis de audiencias). Es posible configurar el navegador para que rechace las cookies de terceros, pero bloquear las cookies de origen puede resultar engorroso e incluso imposibilitar el acceso a determinadas páginas. Conviene seleccionar en el navegador la opción de borrar las cookies al cerrar el programa. También podemos hacer uso del modo de navegación privada que incluyen los navegadores cuando entras en Gmail o Facebook. Todo eso puede ayudar a proteger tu intimidad. Las herramientas para rastrear el comportamiento de los internautas son cada vez más sofisticadas.
Con la popularización de tabletas y Smartphones, el seguimiento de cada persona ya no se limita a lo hace con la computadora, porque puede realizarse abarcando múltiples dispositivos. Por ejemplo, Google no sólo es un buscador, además tiene una red social (Google Plus) ofrece un servicio de correo web (Gmail) y regenta una tienda de aplicaciones para Android (Google Play), pero además es dueña una de las mayores redes publicitarias de la Red, gracias a la adquisición de DoubleClick. Toda la información recopilada desde distintas fuentes se cruza y se afina. Facebook tampoco se queda atrás con el botón de Me gusta y el servicio Facebook Connect. El usuario puede utilizar su identidad en Facebook para registrarse en otros sitios. Es algo muy cómodo, pero mucho menos privado.
La Fundación Electronic Frontier (EFF) ofrece una interesante herramienta llamada HTTPS Everywhere, que usa extensiones para Firefox y Chrome para redirigir los sitios más populares, como Wikipedia o el buscador Google, a una conexión segura. De esta forma encontramos diferentes opciones que nos permiten mantener nuestras actividades de forma anónima sin que nos llegue publicidad. Algunas opciones: Si quieres evitar que Google registre tus intereses, siempre puedes recurrir a un buscador diseñado para proteger la intimidad del internauta llamado Duckduckgo. O, si no te queda más remedio que utilizar el buscador de Google, puedes acceder a él a través de una página segura como Startpage que evita los rastreos y la recopilación automática de información. Finalmente, existen anonimizadores, que enmascaran la dirección IP desde la que estás conectado. Uno de los más eficaces es Anonimizer, que es de pago. Otros son gratuitos, como AnonyMouse y HideMyAss, aunque un poco limitados
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