En los últimos años, cientos de centros donde se ofrece el servicio de conexión a internet se instalaron en la mayoría de las zonas de la urbe alteña convirtiéndose en lugares donde gran parte de los jóvenes pasan largas horas del día con diferentes propósitos, sin embargo, durante este tiempo en la red, se exponen a una serie de delitos cibernéticos o reales que por omisión o desconocimiento del tema son habituales.
Esta denominada “violencia digita, virtual o cibernética”, puede darse en muchos aspectos sin que la víctima se dé cuenta. Entre los delitos más importantes se puede mencionar, por ejemplo, a la difamación o el desprestigio de la imagen, inconvenientes por los que muchos ciudadanos afirman haber sufrido por lo menos una vez.
“A mí me pasó que una compañera de colegio inventó que yo ya no era virgen lo publicó por la red y ahora todos mis compañeros me acusan y me molestan; cuando me quejé a un maestro ella dijo que alguien se metió en su cuenta y no se le dio ninguna sanción”, comentó una joven que reside actualmente en Ciudad Satélite.
Otro asunto preocupante es que existen sitios donde personas con dobles intenciones llegan a conocer los datos privados de los usuarios para generar encuentros amorosos que muchas veces terminan en acoso o abuso sexual.
“Constantemente me llegan mensajes a mi cuenta Facebook de personas que me quieren conocer y me piden datos, pero yo sé que no se debo prestar atención ni responder”, manifestó otra jovencita, pero su respuesta se modificó sutilmente cuando se le preguntó si ocurre lo mismo con un chico de su edad que se ve muy atractivo en su foto.
Desde ellos, hasta páginas donde inducen a la pornografía, al racismo, a la homofobia y otras situaciones similares están siendo desatendidas por la sociedad en su conjunto, no obstante, la Fundación Redes para el Desarrollo Sostenible, realiza trabajos de investigación para determinar las causas y la prevención de los mismos.
“El primer punto radica en que no existe una tipificación de estos delitos, es decir que no hay normas jurídicas que puedan proteger a los usuarios de la violencia en el espacio digital para enfrentar los delitos informáticos de manera institucional”, comentó Eduardo Rojas, presidente ejecutivo dela Fundación Redes.
Además, el experto señala que gran parte de la población no cuenta con una cultura digital.
“Existe una brecha informacional porque no se accede a información con fines de desarrollo o para beneficio personal, sólo se accede a información de mercado y de consumo, los buscadores no brindan la información más verás sino la información más buscada y estas están orientadas a intereses comerciales, entonces la falta de cultura digital se trata de que hay acceso a la tecnología pero la gente no sabe usar la misma para acceder a información que vaya a favor del desarrollo personal”, remarcó Rojas.
Asimismo, el sociólogo afirmó que la mayoría del público cree que el espacio virtual es un mundo donde todo vale.
“Utilizamos la tecnología sin saber cláusulas básicas, ello es evidente cuando olvidamos el derecho de los respetos humanos cuando se sube un mensaje a la red, y ello nos lleva a pensar que es necesario hablar de una ciudadanía digital donde se mantengan ciertas cláusulas de convivencia y de principios humanos y la gente se olvida de eso, atenido al mito de que en la red se permanece en el anonimato, cuando toda acción deja rastro”, agregó el experto.
Rojas complementó la idea afirmando que “la gente ignora que todo clic puede ser utilizado en contra, porque cada acción o ingreso a los portales deja huella; entonces se debería tener más cuidado a las páginas a las que se accede como al tipo de información que se baja de la Red”.
También señaló que se debe tener sumo cuidado con la publicación de datos personales.
“Le gente no conoce que con la moneda que se paga el Internet son los datos personales, porque mediante ellos se maneja la publicidad comercial, en la red las personas no son personas sino una base de datos que puede beneficiar a la empresa con direcciones para emitir publicidad, entonces los datos personales, la orientación sexual, ideología política, género, residencia es información sensible que debe ser protegida celosamente”, recomendó Rojas.
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