A la hora de contratar un servicio de internet, lo que busca el usuario es navegar en el mundo virtual a una velocidad aceptable y estable, principalmente para buscar información, leer sus correos electrónicos, interactuar en redes sociales y subir o bajar videos.
Esto no es posible de una manera adecuada, con el servicio actual que prestan los operadores en el país, lamentan algunos internautas, a quienes además les preocupa que todavía el acceso a internet sea el más costoso de la región e incluso el más lento.
Los cibernautas formaron grupos en Facebook como “Más y mejor internet para Bolivia”, “Conectividad en Bolivia- Más y mejor internet”, “Más ancho de banda para Bolivia”, “Activismo 4G Defensa del Usuario” y “Por un mejor servicio de internet en Bolivia”, en los que expresan su disconformidad con el servicio.
Reclamaciones
El punto más alto de sus reclamaciones se dio en octubre pasado, cuando apareció en el mercado el servicio de internet de cuarta generación (4G), tecnología que permite una navegación a alta velocidad, algo que en realidad no se logra, según los cibernautas. Este hecho los impulsó, incluso, a dejar su mundo virtual para protestar físicamente en una marcha realizada el 27 de noviembre.
Ahora no sólo reclaman por el alto costo y la baja velocidad del servicio, sino también por la publicidad engañosa. “No hay calidad en el servicio. Te ofrecen un Ferrari y en cambio te dan una peta pintada como Ferrari. Nos están engañando, no cumplen con la velocidad que te venden en el servicio”, explica el ciberactivista Mario Durán Chuquimia.
A la fecha, según la Autoridad de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), en Bolivia hay más de 1,3 millones de conexiones a internet por cable o inalámbrico, lo que implica que hay algo más de cuatro millones de personas que tienen acceso a internet, si se considera que en una familia en promedio hay cuatro internautas.
Esta cifra representa al 30% de la población, aunque Wilfredo Jordán, periodista digital y bloguero, considera que el porcentaje es mayor. “Hay un acceso masivo a internet de aproximadamente el 50% de la población, no a domicilio, sino a través de cafés internet y celulares, aunque el servicio no es el óptimo”, dice.
Los usuarios se quejan de la poca rapidez y la falta de estabilidad, sobre todo del internet móvil. Las operadoras comercializan volúmenes de internet medidos en megabits (mb) y una velocidad de acceso que se mide en kilobytes por segundo (kbps). La versión de 256 kbps es un ancho de banda muy pequeño que no permite ver videos de YouTube o, lo menos, la lentitud es desesperante.
“El reclamo masivo es que el usuario no recibe el ancho de banda contratado. Eso quiere decir que si la empresa le ofrece a un cierto usuario un ancho de banda de 256 kbps, el usuario se queja porque obtiene una velocidad de sólo 128 kbps”, señala el director de la ATT, Clifford Paravicini.
Fidel Álvarez Téllez, coordinador ejecutivo de la Red TIC Bolivia, es uno de ellos.
“Como usuario considero que el servicio es bueno, aunque hay algunos problemas –como la velocidad– que se van resolviendo de manera adecuada”, señala.
Regulación
Ante este panorama, la ATT decidió iniciar el control a las operadoras de internet. No lo había hecho antes por falta de una norma específica.
La Ley 164 para el sector de telecomunicaciones y su decreto reglamentario no dan las armas necesarias a la ATT para hacer controles y supervisiones.
El 12 de diciembre la ATT emitió una resolución administrativa para la inspección a operadores y proveedores de servicio de acceso a internet, mediante la cual se controlará también la velocidad que llega a los usuarios, a quienes da una herramienta para medirla y reportarla.
La fiscalización de la ATT apenas comienza. Las empresas tenían hasta fines de enero de 2013 para adecuarse a la nueva norma, que les obliga a estipular en los contratos también la velocidad mínima con la cual navegarán los usuarios de sus servicios.
Hasta ahora, las empresas sólo fijaban una velocidad máxima. Según la ATT, más del 70% de las conexiones a internet en Bolivia tiene velocidades inferiores a 256 kbps, lo que representa, en términos sencillos, un acceso al mundo virtual demasiado lento.
Los internautas y las autoridades saben que el problema del alto costo y la baja velocidad se debe a que Bolivia no cuenta con una conexión propia en fibra óptica; por tanto, mientras no se resuelva esa situación, nada cambiará en este tema.
En tanto, el gerente de Productos de Tigo, Luis Daniel Ybarnegaray, adelantó que el objetivo para 2013 es expandir su red de internet tanto en cobertura como capacidad para “entregar a nuestros clientes la mejor experiencia posible”.
El vicepresidente ejecutivo de Viva, Juan Pablo Calvo, dijo a este medio que ésta es una empresa en constante expansión y que su principal interés para 2013 es llegar a cada vez más hogares bolivianos con la tecnología 4G.
“Una meta adicional es que nuestros clientes estén al tanto de las diferentes tecnologías con las que pueden acceder a nuestra red, con el objetivo de que cada vez más dispositivos, tanto teléfonos como tablets o módems, sean 4G y, por lo tanto, puedan navegar a velocidades cada vez mayores”, remarcó Calvo.
* Resumen del reportaje con el que la autora ganó el II Concurso Periodístico Transparencia y Control Social, organizado por el Centro de Estudios Aplicados a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Ceadesc).
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