El diseño del robot se lo desarrolla en la ciudad austríaca de Viena y en la Universidad de Lund (Suecia), y la Fundación griega Hellas se ha hecho cargo del control de los gestos de Hobbit.
Entre sus funciones, el robot puede alzar cosas del suelo y gracias a su mecanismo inteligente, es capaz de identificar si los espacios por los que la persona transita, están despejados y si no lo están el robot se encarga de facilitarle el acceso al anciano quitando los objetos del camino.
Markus Vincze, profesor de robótica que dirige el proyecto, explica el hecho de que el sistema de funcionamiento técnico sea accesible y sencillo para sus clientes, representa una de las tareas más difíciles. "El segundo reto consiste en poner todas las piezas juntas en un mismo sistema. Se necesita un interfaz con audioparlante que se mueva y tenga pantalla táctil, todo ello en diferentes modalidades", describe Vincze.
El proyecto aún se encuentra en evaluación y se está ultimando los detalles para su lanzamiento, pero ya cuenta con la capacidad de hablar y ser conectado.
Aguarda esperar a conocer el precio del aparato, hecho que definirá la aceptación del público.
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