La Corte Suprema de los Estados Unidos no dio a favor la apelación de Jammie Thomas-Rasset, condenada a pagar una multa de 222.000 dólares por haber descargado ilegalmente 24 canciones de Internet.
La madre fue declarada culpable en 2006. El caso comenzó con un pago de de 1,9 millones de dólares a seis compañías discográficas, pero esa cifra finalmente fue reducida a 222.000 dólares tras una de las muchas apelaciones.
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