Este pequeño robot humanoide de nombre Nao, de la firma francesa Aldebaran Robotics, fue utilizado con éxito para focalizar la atención de los niños con problemas de autismo, trastorno que dificulta la socialización, la comunicación, la imaginación, la planificación y la reciprocidad emocional.
El robot es capaz de dar indicaciones verbales y gestos al niño para atraer su atención, ya que para las personas con autismo el contacto visual puede resultar difícil de mantener con otras personas y objetos circundantes y este pretenderá estimular esta capacidad.
Al ser percibido casi como un juguete por parte de los niños, éstos no se sienten tan intimidados como por una persona adulta, lo cual facilita su apertura al aprendizaje de habilidades sociales y supone una ayuda en la terapia llevada a cabo por los especialistas.
Nao tiene cabeza, torso, brazos, manos con dedos, piernas y pies. Además habla y escucha 23 idiomas. Es capaz de interactuar con las personas, bailar y hasta jugar fútbol. Mide 58 centímetros de altura, está equipado con dos cámaras, cuatro micros, y unos sensores táctiles o sensibles a la presión, características que lo convierten en un objeto receptivo en su interacción con el niño.
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