La economía digital gana cada vez más espacio en Latinoamérica. El estudio "Economía digital para el cambio estructural y la igualdad", de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indica que después de dos décadas de implementación de políticas para el desarrollo de la infraestructura, el acceso a Internet y la difusión de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), el desarrollo digital tiene una importante participación en el Producto Interno Bruto (PIB) de los países.
Estimaciones de la Cepal indican que, en promedio, para Argentina, Brasil, Chile y México, la economía digital alcanza al menos a 3,2 por ciento del PIB, cifra importante si se considera que en los 27 países de la Unión Europea (UE) el porcentaje correspondiente es 5 por ciento.
El avance de la economía digital, sin embargo, no ha sido homogéneo; la región se ha fragmentado en dos bloques en el proceso de desarrollo de las TIC. Sus países avanzan con dos velocidades distintas en sus estrategias digitales.
Por ejemplo, los tres países con mejor desempeño (Uruguay, Chile y Argentina) presentan un índice de desarrollo de las TIC equivalente a 75% del nivel del mismo indicador en los países desarrollados. En tanto, los tres de peor desempeño sólo alcanzan un 38%.
Bolivia, que está entre los cuatro países con menor desarrollo de las TIC, registra un índice de 3,1 sobre 10, según el informe de la Cepal.
e-Economía: sus rasgos
La economía digital está constituida por la infraestructura de telecomunicaciones, las industrias TIC (software, hardware y servicios TIC) y la red de actividades económicas y sociales facilitadas por Internet, la computación en la nube y las redes móviles, las sociales y de sensores remotos, explica la Cepal.
Agrega que es un facilitador cuyo desarrollo y despliegue se produce en un ecosistema caracterizado por la creciente y acelerada convergencia entre diversas tecnologías, que se concreta en redes de comunicación (redes y servicios, redes fijas-móviles), equipos de hardware (móviles multimedia 3G y 4G), servicios de procesamiento (computación en la nube) y tecnologías web (Web 2.0).
La economía digital consta de tres componentes principales que, según su grado desarrollo y de complementación, determinan su nivel de madurez en cada país. Estos componentes son: la infraestructura de redes de banda ancha, la industria de aplicaciones TIC y los usuarios finales.
En este modelo, la infraestructura de redes de banda ancha es el primer componente de la economía digital. Los elementos básicos de esa infraestructura son la conectividad nacional e internacional, las redes de acceso local, los puntos de acceso público y la asequibilidad.
Inversión
J La participación de la inversión en TIC en la formación bruta de capital fijo en la región en 1990-2010 es comparable a la que exhiben países de mayor desarrollo.
J En Brasil la inversión es comparable a la de Estados Unidos, en tanto Argentina, Chile y México registran valores similares a los de España e Italia.
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