Si hacemos una pausa en nuestra agitada vida nos damos cuenta que nuestros hijos e hijas imitan, aprenden y manejan cuanta tecnología se encuentra a su alcance, electrodomésticos, computadoras, celulares y otros.
Inevitablemente toda esta tecnología es y seguirá formando parte de su vida y sus procesos de enseñanza y aprendizaje.
Si bien en la escuela hubieron algunos intentos de aprovechar la tecnología en los procesos de enseñanza, no todos tuvieron el éxito esperado. Los logros educativos están en función de “como” usamos estas herramientas.
En los últimos años se da un fenómeno a nivel mundial y, recientemente en nuestro país, llamado la robótica educativa. Esta práctica proporciona una herramienta de experimentación real y tangible.
Hoy por hoy la robótica contribuye de enorme manera y permite estrechar la distancia entre la teoría y la práctica, entre la formulación de conceptos y la comprensión de los mismos. Todo esto hace que nuestros niños desarrollen su abstracción mental y den rienda suelta a sus capacidades creativas que a veces con el papel, lápiz y pizarrón no son suficientes.
Está mundialmente probado que la robótica aporta y desarrolla muchas competencias en niños y jóvenes, lo cual los prepara para afrontar un mundo que, como dijimos anteriormente, está sumido en dispositivos y herramientas de última generación.
Fuente: Centro Boliviano
de Robótica Educativa
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