Por un lado están los grandes de internet: Google, Microsoft y Facebook; por el otro, investigadores y centros de protección de privacidad de datos. Surge una interrogante: ¿a dónde va la internet? Los primeros han hablado de la nube (internet aloja todo el software, en lugar del dispositivo) y de sus grandes posibilidades, mientras que los segundos han lanzado las advertencias sobre los riesgos que esto puede suponer para la privacidad de las personas.
Ser más responsables. Javier Alanoca, experto en tecnología, señala que hasta el momento no se ha dado ningún caso en el que la cuenta de un usuario, ya sea en Facebook o Google+, haya sido intervenida, a no ser que se haya compartido la contraseña o, tal vez, dejado abierta la cuenta en una computadora o teléfono ajeno, pero que, de todas formas, es más útil usar todos los mecanismos de seguridad que ofrecen estas empresas para todos sus usuarios.
"Lo ideal sería que todos los usuarios encripten sus datos para no exponerse a posibles filtraciones de los mismos, hay que ser más responsables cuando navegamos por internet", señaló Alanoca.
¿La nube es segura? Con la nube se tiene una capacidad de computación inimaginable y para responder a las críticas sobre la inseguridad de los datos circulando continuamente en internet es mejor informar que cada año se roban 10 millones de portátiles en el mundo. John Vasallo, vicepresidente de relaciones institucionales de Microsoft, también ha elogiado las capacidades de la nube como un "paso cuantitativo aún más grande" que los que se han dado hasta ahora en el desarrollo tecnológico.
Trabajo conjunto. Según los expertos, los riesgos hacia los que puede ir internet si no se trabaja conjuntamente (industria tecnológica y centros de protección de datos) son grandes. Se advierte del riesgo de descontextualización de los datos que la persona ofrece, del temor de que la información se utilice de forma no deseada, genere conformismo y normalización de los comportamientos o de que los datos que se recogen reducen a perfiles las vidas humanas.
Existe una necesidad de buscar un equilibrio entre las exigencias de seguridad y el derecho a la privacidad. En Bolivia ya se han dado algunos casos en cuales el factor principal ha sido el descuido por parte de los usuarios.
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