Chile ha decidido apostar por la innovación para convertirse en el líder latinoamericano de la industria del conocimiento y los servicios digitales y alcanzar así el sueño de convertirse en un país desarrollado antes de que finalice esta década.
Además de vender cobre, fruta y salmón, Chile quiere que se le conozca en el mundo por otros motivos.
Por eso, el Gobierno lanzó recientemente una campaña invitando a los ciudadanos a inspirarse en historias como la de Jenaro Gajardo -un chileno que en 1954 inscribió la Luna a su nombre para poder ingresar en un sofisticado club social- con el fin de mostrar cómo a través de la innovación se puede mejorar el día a día.
"Si queremos ser un país desarrollado tenemos que potenciar nuestras exportaciones de servicios digitales, un área que aún representa una parte muy pequeña de nuestra industria", según el ministro de Economía, Félix de Vicente.
Entre las acciones del Gobierno para atraer las inversiones figuran una nueva ley de I+D con el fin de ampliar la capacidad de las empresas en este ámbito y un proyecto de ley sobre protección de datos, para dotar a Chile de los estándares internacionales.
"Debemos aprovechar nuestra red de embajadas y oficinas comerciales para que emprendedores e inversionistas con buenas ideas inicien sus proyectos en Chile y lograr así que nos vean como un ejemplo de vanguardia tecnológica de la región", dijo a Efe el ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno.
Pero designar 2013 como el Año de la Innovación tiene también el objetivo de promover el desarrollo de las habilidades digitales y masificar estos servicios entre los propios ciudadanos del país.
Si los países de América Latina no fomentan la investigación, el desarrollo, la tecnología y el emprendimiento, da igual lo que hagan en el resto de las áreas, "porque no alcanzarán la cumbre que nos hemos fijado, que es el desarrollo", aseveró el presidente chileno, Sebastián Piñera, en la I Cumbre Latinoamericana de Innovación, celebrada recientemente en Santiago.
En efecto, la inversión en investigación y desarrollo en la región es de entre un 0,5 y un 0,8 por ciento del producto interno bruto (PIB), mientras que los países desarrollados prácticamente triplican esta cifra.
En lo que a innovación se refiere, Chile -el país con mejores perspectivas de crecimiento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para este año y el que viene- figura a la cola, con sólo un 0,5 por ciento del PIB.
Para que el país alcance el desarrollo no bastan los tres elementos que hasta ahora se consideraban suficientes: democracia estable, economía social de mercado y un Estado moderno.
Ahora existen otros cuatro pilares indispensables: "mejorar la calidad del capital humano; crear una cultura de innovación y emprendimiento; triplicar la inversión en ciencia, tecnología y desarrollo, y una sociedad más flexible para adecuarse a los cambios", subrayó Piñera.
"Chile tiene un problema serio, porque sigue dependiendo de su exportación de cobre, fundamentalmente, y de algún otro recurso natural", comentó a Efe Fernando Flores, presidente del Consejo de Innovación para la Competitividad, un organismo público-privado que asesora al presidente de la República.
"La tarea más difícil es pasar de ser un país proveedor de recursos naturales a uno que exporte ideas, innovación y creatividad", afirmó, por su parte, el ministro de Economía.
"Además de atraer permanentemente nuevos inversores y mantener el crecimiento del empleo, también hay que mejorar la productividad, y todo esto está muy ligado a la innovación y el emprendimiento", coincidió en señalar Hernán Cheyre, vicepresidente ejecutivo de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).
Este organismo público con casi 75 años de historia a sus espaldas adquirió un gran protagonismo cuando América Latina vivía la eclosión desarrollista.
Su cometido era entonces que el país superara el subdesarrollo y la fuerte dependencia económica de las importaciones, pero ahora está liderando la transición del sector industrial público.
"Hoy la Corfo se ha redefinido. Al principio sirvió para industrializar el país de forma directa, pero ahora se ha transformado en una corporación de la innovación al servicio de los agentes privados", señaló a Efe el responsable de este organismo, que impulsa medio centenar de programas para apoyar a 200.000 emprendedores, en su mayoría pymes.
Consciente de que "en el mundo hay mucho talento emprendedor", la Corfo ha puesto en marcha un novedoso programa llamado "Start Up Chile" para atraer, incentivar e incluso financiar iniciativas emprendedoras de todo el mundo.
Con un millar de experiencias de más de 60 países además de la instalación de una decena de "centros de excelencia" (instituciones sin fines de lucro que promueven I+D) de categoría mundial, Chile aspira a ser el Silicon Valley de Sudamérica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario