Las comunicaciones de la administración pública brasileña en internet deberán ser realizadas a partir de marzo próximo a través de redes propias que están en desarrollo, a fin de limitar el efecto del espionaje extranjero, según un decreto publicado ayer en el Diario Oficial.
El decreto, sancionado por la presidenta Dilma Rousseff, dice que "todas las comunicaciones de datos” circularán por "las redes de telecomunicaciones y servicios de tecnología de la información de los organismos o entidades de la administración pública federal”.
La decisión es una respuesta a las actividades de los servicios de inteligencia de EEUU, que, según documentos revelados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (ANS) Edward Snowden, espiaron las comunicaciones de la propia Rousseff, de varios de sus ministros y de estratégicas empresas, como la estatal Petrobras.
Actualmente la administración pública brasileña utiliza sistemas de correos electrónicos de la empresa Microsoft, que en un máximo de 120 días serán sustituidos por software desarrollado por el estatal Servicio Federal de Procesamiento de Datos (SERPRO).
El decreto puntualiza que la decisión, anunciada previamente por Rousseff, fue tomada "de cara a la preservación de la seguridad nacional”.
Como respuesta a las actividades de EEUU el Gobierno presentó ante la ONU un proyecto sobre control en internet.
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