Hasta la fecha la impresión 3D se ha visto mayormente como una actividad exclusiva para diseñadores. Pero comienzan a surgir algunas iniciativas muy interesantes, que ponen la impresión 3D al alcance de cualquier persona, sin que necesite tener conocimientos técnicos de ingeniería ni de diseño. La idea es poner la impresión 3D a un nivel bastante fácil como para el uso en incluso más fácil que el del bricolaje casero.
A grandes rasgos, la impresión 3D es igual que la normal, excepto por el hecho de que la “tinta” se acumula en mayores cantidades, hasta el punto de que la masa va adquiriendo relieve. Imprimiendo en los puntos adecuados, es posible crear de este modo estructuras tridimensionales bastante complejas. Entre las “tintas” más comunes destacan los plásticos, pero se pueden utilizar muchos otros materiales, dependiendo de la impresora y sus accesorios.
Una iniciativa muy interesante surgida en España dentro de esta tendencia de popularización de la impresión 3D es la de RAScomRAS, que mantiene en su web un repositorio de modelos de objetos imprimibles en 3D (o sea fabricables). De modo parecido a descargar una imagen para imprimirla, se puede descargar un modelo para que la impresora 3D fabrique el objeto. Este repositorio de objetos 3D imprimibles, establecido por la empresa española Search and Make S.L., es el primero de esta magnitud que se ha creado en habla hispana. Aquí, diseñadores, desarrolladores y creativos pueden subir sus objetos, los cuales pueden ser descargados por cualquier usuario en cualquier parte del mundo para hacerlos realidad en un rato. Desde figurillas decorativas, a piezas sencillas pero vitales y difíciles de encontrar en tiendas de recambios, la impresión 3D pone al alcance del usuario una cantidad virtualmente ilimitada de objetos.
RAScomRAS trabaja también en el desarrollo de una innovadora y compacta impresora 3D, la RCR-D1, orientada a ese uso fuera de la esfera técnica del que hablábamos al inicio del artículo. Este proyecto, para el que se buscan ahora inversores, completaría el “ecosistema” de impresión 3D para usuarios desde 6 años de edad en adelante al dotarles no solo de los modelos descargables sino también de una impresora 3D lo bastante compacta como para tenerla en una mesa de la sala de estar, a un precio asequible, y muy fácil de usar, hasta el punto de poseer lo que podría describirse como el primer sistema operativo de impresión 3D intuitivo.
Manejar las impresoras de este tipo no será muy distinto a utilizar un smartphone (teléfono inteligente) o un ordenador tableta, ya que vendrán equipadas con una tableta de 7 pulgadas provista de un sistema operativo propio para poder gestionar las impresiones de forma remota e interactuando con aplicaciones propias o de desarrolladores independientes, con tan solo unos toques de pantalla.
La intención es realizar casi todo el trabajo de investigación, desarrollo y fabricación desde España. Desde Austin, Estados Unidos, se distribuirán y ensamblarán todas las impresoras destinadas al mercado del continente americano.
Con un simple cambio de boquilla, las impresoras podrán imprimir en tres dimensiones objetos de plástico, madera, pasta, chocolate (ideal para repostería), y muchos otros materiales, que tendrán como colofón el Polímero de Grafeno, un compuesto de plástico con base de grafeno cuyas múltiples cualidades lo perfilan como un material revolucionario y que la empresa Search and Make S.L. tiene como objetivo de desarrollo para sus impresoras 3D.
La tecnología de esta startup ya tiene presencia en países como Argentina, donde recientemente se ha abierto la primera cadena de cafeterías con impresoras 3D, la 3DLab Fab&Café, donde los clientes puede ir a tomar un café mientras crean objetos, un poco al estilo de los cibercafés pero orientado a la impresión 3D en vez de a navegar por internet. En la cadena 3DLab Fab&Café, el repositorio español es la galería oficial.
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