Robert Blair, un agricultor de Idaho, prefirió no esperar a que las autoridades federales elaboraran las reglas para operar aeronaves teledirigidas, conocidas popularmente como "drones". Blair prefirió construir el suyo: un avión miniatura al que equipó con cámaras para monitorear sus 600 hectáreas (1.500 acres) de sembradíos.
Blair usa su nave, que pesa menos de cinco kilos (10 libras) y mide 1,50 metros (5 pies) de largo —más o menos el tamaño de un pavo_, para tener una mirada de pájaro sobre su ganado y los campos donde siembra trigo, guisantes, cebada y alfalfa.
Según algunos expertos, la agricultura es el mercado más prometedor para las aeronaves teledirigidas, porque su tecnología es perfecta para granjas de grandes dimensiones y amplias áreas rurales, donde la privacidad no es una preocupación. Tales aeronaves ya se utilizan en la agricultura en países como Japón y Brasil.
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