Investigadores están desarrollando módulos de aterrizaje planos, del tamaño de una alfombra, que podrían ser enviados en masa a mundos como Marte o la luna Europa de Júpiter. El enfoque representa un cambio radical en la exploración de superficie, que por lo general se basa en una misión de un solo intento y de alto precio o rovers que cuestan cientos de millones de dólares.
La idea del aterrizador de dos dimensiones confiere la capacidad de apilarlos y distribuirlos a través de una amplia gama de áreas en lugar de sólo ser capaz de aterrizar en un solo lugar y tener una sola oportunidad en el aterrizaje, declaró Hamid Hemmati, del Jet Propulsion Laboratory.
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