El maniquí, llamado Porton Man (el Hombre Porton) por la localidad inglesa donde se ubica el laboratorio de pruebas, puede andar, marchar, correr, sentarse, arrodillarse, mover la cabeza y simular el movimiento de un soldado al percibir un arma, lo que permitirá a los expertos probar los nuevos trajes protectores.
En este laboratorio, los ingenieros someten a diferentes pruebas trajes protectores contra agentes biológicos y químicos como el gas sarín, a fin de diseñar vestuario eficaz y ligero para las Fuerzas Armadas.
El robot, diseñado con tecnología de Fórmula 1 y con un coste de 1,7 millones de dólares, fue construido por la empresa británica i-bodi Technology Ltd para el Laboratorio de Tecnología y Ciencias de Defensa de Porton Down, en el condado inglés de Wiltshire.
Aunque el laboratorio usó antes robots, Porton Man tiene muchas más funciones, mayor variedad de movimientos y sensores en todo el cuerpo que permitirán a los expertos analizar los resultados en tiempo real.
Más ligero y ágil
Un portavoz del laboratorio, Jaime Cummins, del grupo de protección física contra agentes químicos y biológicos, señaló que el Hombre Porton es, con 14 kilos, mucho más ligero que sus antecesores -que pesaban unos 80 kilos- y se mueve con mucha más precisión y agilidad.
Tiene además una cabeza extraíble para facilitar la colocación de los trajes, pulgares que se quitan para poner los guantes y tobillos que se flexionan.
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