La cumbre NetMundial sobre la gobernanza de Internet comenzó hoy en Sao Paulo con un fuerte llamado a la regulación global de la red, críticas al espionaje de Estados Unidos y a su papel como controlador de facto de la web.
En un discurso enérgico en la apertura de la cita - a la que acuden representantes de más de 80 países, así como de la sociedad civil y de empresas de internet - la presidenta brasileña Dilma Rousseff afirmó que ningún país debe tener "más peso que otros" en la gobernanza de la web, en una alusión a Estados Unidos.
"Es importante la participación multilateral. La participación de los gobiernos debe ocurrir con igualdad entre sí, sin que un país tenga más peso que otros", afirmó.
La mandataria, víctima directa del espionaje estadounidense, saludó también el reciente anuncio de que Washington cederá a una entidad de carácter multisectorial el control de la ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers), la corporación internacional encargada de administrar el sistema mundial de nombres de dominio de Internet, manejada hasta ahora por el Departamento de Comercio estadounidense y con base en California.
Por razones sobre todo históricas, Estados Unidos alberga los principales organismos que administran las direcciones, dominios, normas y protocolos de la web, lo que irrita desde hace años a varios gobiernos.
Impulsora de esta cumbre mundial tras las revelaciones del analista Edward Snowden sobre el espionaje de Estados Unidos a ciudadanos, empresas y a gobernantes, la presidenta brasileña insistió en que "para que la Internet sea más democrática, necesita más presencia de los países en desarrollo" en su regulación.
Rousseff ya había repudiado el espionaje estadounidense en la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2013, cuando propuso un modelo multilateral de gobernanza de Internet.
Al igual que otros países como Alemania y México, Brasil reaccionó con fuerza a las denuncias de que Washington espió a millones de brasileños, a la estatal Petrobras, así como a Rousseff y a sus asesores. A raíz de ellas, la presidenta incluso suspendió una visita de Estado a Washington programada para octubre pasado.
El gigante sudamericano quiere convertirse en una voz líder en los cambios a la regulación de Internet como anfitrión de NetMundial, que se realiza hasta el jueves en Sao Paulo para debatir sobre el futuro de Internet, que ya ha cumplido 25 años.
La inédita reunión de Sao Paulo tiene lugar justo cuando el Congreso de Brasil acaba de aprobar el proyecto del marco civil de internet, considerado una suerte de Constitución de la red.
Con un fuerte apoyo de los internautas, el proyecto tiene entre sus principales pilares las garantías a la libertad de expresión y comunicación, así como la protección de la privacidad del usuario y de sus datos personales.
Nuevos actores
En la NetMundial hay diferentes intereses en juego entre las víctimas del espionaje estadounidense, los Estados que controlan el acceso y contenido a la red como China, los actores privados celosos de su libertad como Google, o los liberales radicales como WikiLeaks.
Y Brasil quiere convertirse en un líder de los que quieren un cambio.
"Brasil ha presentado avances importantes en gobernanza" de Internet, por lo que puede convertirse en una voz fuerte de este proceso, dijo Virgilio Almeida, presidente de la cumbre NetMundial y alto funcionario del ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, en una entrevista con la AFP.
En los dos días de cumbre, la prioridad "es obtener resultados concretos que muestren un avance en la discusión sobre la gobernanza de internet y, segundo, emitir un documento que sea aceptado por la mayoría de los participantes", señaló Almeida.
El documento será una hoja de ruta, no vinculante, sobre el futuro de la Internet.
"El mayor desafío de esta cumbre es el diseño de una gobernanza global, multisectorial, que preserve la libertad y una Internet abierta, que cuente con una protección trasnacional para los derechos de los usuarios", dijo Vint Cerf, vicepresidente de Google y uno de los fundadores de internet.
"Esto puede ser histórico. ¿Estamos acá para hacer un cambio y atender al llamado de la presidenta Rousseff en Nueva York o estamos aquí para perder el tiempo?", planteó Neelie Kroes, comisaria de la Unión Europea para la Agenda Digital.
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