El juicio que se celebra en una corte federal de San José (California, EE.UU.) entre los gigantes tecnológicos Apple y Samsung por las patentes en las prestaciones de los teléfonos inteligentes concluyó hoy su última sesión oral y quedó visto para sentencia.
Este nuevo episodio de una batalla judicial que empezó en 2011 se centra en la acusación por parte de Apple de que Samsung plagió en sus teléfonos cinco de las prestaciones patentadas por el iPhone de Apple, tales como el desplazamiento de pantalla o el zoom táctil, por lo que la empresa estadounidense reclama a sus competidores surcoreanos hasta 2.000 millones de dólares.
Por su parte, desde Samsung se defienden argumentando que las patentes de Apple no son válidas, que en todo caso sería Google (creador del sistema operativo Android) quien incurriría en las supuestas infracciones y que, a su juicio, Apple "sobredimensiona" los daños económicos que el presunto plagio le ha ocasionado, además de acusar a su vez a Apple de violar dos de sus patentes de software.
"Lo único que buscaba Samsung era un sistema operativo flexible y de calidad para sus teléfonos, y lo encontró en el Android de Google, en ningún caso copiando el iPhone", indicó el abogado de Samsung Bill Price en la sesión de este martes, para defender luego que el sistema Android es "la alternativa del mundo entero" a los sistemas operativos de Apple.
"Nos piden una gran cantidad de dinero cuando muchas de las patentes ni tan siquiera se encuentran en el iPhone. No puedes copiar algo del iPhone que ni tan sólo está en el iPhone", se quejó Price ante los ocho miembros del jurado que durante los próximos días deben emitir su veredicto.
Sin embargo, desde Apple, su abogado Harold McElhinny replicó que Samsung se encontraba años atrás en "una crisis" creativa, por lo que la empresa surcoreana decidió "hacer algo parecido al iPhone".
"¿Dónde estaba Samsung antes de que viesen el iPhone? Ya conocen la respuesta: ni tan siquiera tenían un teléfono inteligente", dijo McElhinny, para quien Samsung "copió una por una" las sucesivas novedades que Apple introducía en sus nuevos modelos de teléfono móvil.
Samsung y Apple litigan por las patentes de los teléfonos inteligentes y tabletas desde 2011, cuando la empresa de la manzana demandó a los surcoreanos acusándoles de haber copiado el diseño de sus productos, a lo que estos respondieron rápidamente demandando a su vez a Apple por violaciones de las patentes de la tecnología 3G.
Durante estos años no han cesado las demandas y juicios entre ambos gigantes, siendo la mayoría de ellos resueltos a favor de Apple hasta la fecha, de manera que Samsung adeuda ya casi 1.000 millones de dólares a sus competidores estadounidenses.
Sin embargo, ambas compañías han apelado sin excepción los fallos que han sido contrarios a sus intereses, de manera que el proceso vive ahora una segunda parte en la que los esfuerzos de una y otra empresa se centran en tratar de demostrar los daños que los supuestos plagios por parte de la competencia han causado sobre sus ventas y planes de expansión.
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