El proyecto tiene una fecha de realización estimada para tres años, aunque los trabajos ya han comenzado. Se han construido 3 metros del futuro edificio, que contará con 13 habitaciones y será el primero de estas características.
Los arquitectos a cargo del proyecto pronostican que podría ser el futuro del sector de la construcción."Con las impresoras 3D no hay residuos, se reducen los costos de transporte a cero y todo puede ser reciclado. Esto podría revolucionar la forma en la que hacemos nuestras ciudades", comentó un integrante a The Guardian.
El estudio de arquitectura holandés DUS ya colocó la primera piedra, aunque en este caso sea un bloque negro de superficie rugosa, y el cemento haya sido sustituido por plástico de origen vegetal. La hormigonera es una enorme impresora con apariencia de torre metálica que fue bautizada como "fabricante de habitaciones".
"Necesitábamos una impresora grande, pero como no estaba en el mercado, decidimos construirla de tal manera que la pudiéramos desplazar a diferentes lugares", explicó Hans Vermeulen, uno de lo arquitectos.
El proyecto tiene una fecha de realización estimada para tres años, aunque los trabajos ya han comenzado. Se han construido 3 metros del futuro edificio, que contará con 13 habitaciones y será el primero de estas características.
Los arquitectos a cargo del proyecto pronostican que podría ser el futuro del sector de la construcción."Con las impresoras 3D no hay residuos, se reducen los costos de transporte a cero y todo puede ser reciclado. Esto podría revolucionar la forma en la que hacemos nuestras ciudades", comentó un integrante a The Guardian.
El estudio de arquitectura holandés DUS ya colocó la primera piedra, aunque en este caso sea un bloque negro de superficie rugosa, y el cemento haya sido sustituido por plástico de origen vegetal. La hormigonera es una enorme impresora con apariencia de torre metálica que fue bautizada como "fabricante de habitaciones".
"Necesitábamos una impresora grande, pero como no estaba en el mercado, decidimos construirla de tal manera que la pudiéramos desplazar a diferentes lugares", explicó Hans Vermeulen, uno de lo arquitectos.
El principio es idéntico al de las impresoras 3D a pequeña escala: se elaboran las coordenadas y el diseño digitales en el ordenador y se manda a la máquina, que en "capas" tridimensionales reproduce la información.
El objetivo es que en un futuro la vivienda impresa "sea habitable", pero Vermeulen reconoce que para llegar hasta ahí todavía falta tiempo. "Todas las habitaciones en su totalidad conforman una unidad de construcción y tendremos que hacer las pruebas necesarias para constatar que tiene la suficiente consistencia", explicó.
Las formas impresas sí tienen en cuenta los huecos necesarios para las instalaciones eléctricas y de fontanería. Otro "reto" por resolver es si una "casa de plástico" puede responder a niveles razonables de confort y de seguridad.
Por lo pronto, la tecnología 3D se presenta como "una alternativa con la que se pueden hacer objetos únicos, a medida, por un precio de producción de masa", analizó Vermeulen.
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