11 mayo 2014

Evento de robótica se centró en el servicio del PumaKatari

El Centro Boliviano de Robótica Educativa llevó a cabo ayer un torneo que tuvo por primera vez, en este tipo de encuentros, como eje principal la optimización del trabajo o funcionamiento de los buses PumaKatari.
Niños y adolescentes de varias unidades educativas demostraron -en inmediaciones del Colegio Cumbre- cómo transportar, abrir las puertas y elevar figuras a escala que simbolizaban los vehículos de transporte público.
Los estudiantes que se encuentran en la etapa inicial tuvieron el reto de imaginar que los buses PumaKatari ya no son conducidos por el ser humano, sino por robots.
Una vez programados los robots, los niños debieron demostrar el funcionamiento de las máquinas en un circuito.
Parte de ello fue abrir las puertas de un PumaKatari y llevar de un punto a otro a los pasajeros.
Brianna Adriázola, de 10 años, relató que tuvieron tres clases para programar el funcionamiento de los robots que interactuaron con el PumaKatari.
"Estudio hace recién dos meses, pero lo divertido es abrir las puertas y recoger a los pasajeros imaginando que son personas de verdad”.
El torneo se desarrolló ayer, desde las 8:00 hasta las 13:00, y congregó a niños de varias unidades educativas que compartieron su pasión por los robots.

"En un futuro muchas de las cosas van a ser manejadas por robots y ya no por los humanos. Debemos aprender a controlar a esos robots para que hagan las cosas como nosotros las hacemos o mejor”, comentó uno de los estudiantes avanzados del centro, Gabriel Balderrama, de 11 años, mientras observaba a los participantes más pequeños que trabajaban con los buses de transporte público.
El objetivo, según manifestaron los miembros del Centro Boliviano de Robótica del evento, es socializar con la población los beneficios que tiene la robótica educativa en la formación de los estudiantes a nivel escolar.
"Contrarreloj”
También se llevó a cabo la modalidad contrarreloj para la categoría de los alumnos de robótica en nivel medio y avanzado.
El desafío fue resolver un problema a través de su robot. Los grupos tuvieron poco más de tres horas para diseñar, construir, programar, probar y competir con un robot que funcione de manera autónoma.
"Los desafíos consistieron en que el robot debía detectar objetos y trasladarlos. Detectar colores, eso quiere decir que reconozca su entorno e interactúe con él a través de algunos sensores que captan la intensidad de luz”, explicó el representante del Centro de Robótica Educativa, Renán Trujillo.
Cada uno de los robots, también dentro de un circuito, debió diferenciar latas de diferentes tamaños.
"Las latas grandes son árboles saludables y las pequeñas son árboles secos. Lo que nuestro robot debió hacer es sacar el que estaba en mal estado y transportarlo a un depósito de la Alcaldía, luego mover piezas de un lado a otro”, detalló uno de los concursantes, Lucas Silva.
Mientras probaban sus robots en los circuitos y acertaban o fallaban en sus intentos, contaban que lo que más les gusta es usar la imaginación y que ésta se pueda hacer realidad cuando construyen sus máquinas.
"La idea es que haga satisfactoriamente la tarea. Lo interesante es que programamos su movimiento con un software y vemos cómo resulta en el circuito. Según eso, modificamos ciertos patrones para que sea exacto. Lo que más me fascina es poder construirlos, es mi vida” finaliza Priscila Ontiveros, de 14 años.

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