La Comisión Federal de Comercio (FTC en inglés) de Estados Unidos aprobó la semana pasada su propuesta para crear una Internet de dos velocidades. Un primer paso que atenta contra el concepto de neutralidad en la red y que busca permitir que los proveedores del servicio firmen acuerdos para ofrecer prioridad a unas empresas u otras. A partir de este punto se abre un periodo de consultas con expertos pero en la dirección de seguir con esta controvertida propuesta.
A pesar del público rechazo a la propuesta de la FTC, la votación salió adelante como estaba previsto. Y es que incluso la Casa Blanca ha afirmado estar a favor de la neutralidad en la Red, siendo uno de los puntos clave por los que muchas compañías han conseguido un gran crecimiento, como el caso de Amazon o eBay. Es por ello que también otras grandes empresas como Google y Facebook (más de 100 en total) han firmado un documento para tratar de parar o retrasar esta votación que tuvo finalmente lugar.
La medida aprobada, que es descrita como una normativa para una Internet abierta por la propia FTC se centra en impedir que los proveedores de servicio de Internet puedan bloquear contenidos publicados. Sin embargo, también cuenta con una revisión de cómo pueden operar esos proveedores. Es ahí donde se encuentra la clave de la disputa, permitiendo ahora que éstos puedan ofrecer un servicio de diferente (presumiblemente de mayor velocidad) a unas empresas u a otras.
Visto de tal forma, empresas como Netflix, por ejemplo, podrían contar con una conexión a Internet lo suficientemente rápida y potente para hacer llegar sus películas, series y demás contenidos sin problemas a los usuarios, siempre y cuando pueda pagar por ello. El problema reside en si este servicio puede suponer un coste superior para los usuarios, además de la posibilidad de atentar contra la libertad de expresión. Junto a ello, y tal como recoge la normativa de la FTC, las compañías no podrán contar con contratos de exclusividad, tratando de evitar los acuerdos que favorezcan a las empresas que puedan pagar por tener una Red más rápida sobre las que no. Sin embargo, no se aclara si esta medida puede llevarse a cabo con un grupo reducido de compañías o sólo con una.
Esta medida se originó tras una sentencia que impedía al proveedor de servicios estadounidense Verizon llegar a un acuerdo similar para poder ofrecer una conexión más rápida. Algo que llevó a la FTC a crear un conjunto de normas para una Internet abierta, y hasta este punto. Por tanto, una medida que responde ante las exigencias de los proveedores pero que ha puesto en contra tanto a las grandes compañías de Internet como a los usuarios.
A partir de este momento se abre un periodo de consultas con expertos. Un tiempo en el que la FTC aún puede rectificar y modificar los puntos de su medida, aunque parece poco probable que suceda. Esta cuestión no es exclusiva de Estados Unidos. Y es que otros países como Brasil también, además de diferentes organizaciones internacionales, están planteando nuevas regulaciones para Internet.
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